Eran dos los objetivos que El Ejército de Alejito se propuso para la jornada de ayer en las puertas del Congreso Nacional. Por un lado, que todos los argentinos se inscriban como donantes de médula ósea; por el otro, que haya en el país un laboratorio de alta complejidad para la tipificación genética de las muestras, que hoy por hoy demora entre 8 meses y un año para confirmar si una persona está en condiciones de donar o no.
Y así ocurrió. Una movida pacífica, con mucho piberío y la presencia de muchísimos vecinos de zona oeste que se acercaron a la Plaza de los Dos Congresos para elevar su voz y respaldar el pedido de una mamá que perdió a su hijo el año pasado. Alejo Trani peleó casi la mitad de su corta vida contra la leucemia y, como no pudo conseguir un donante, perdió esa batalla. Aunque como contó Gabriela Peirano ayer, en realidad “armó sus valijas y se fue a jugar al arco iris”, ese que, vaya milagro, con la caída del sol se dio una vuelta por allí.
Primer Plano On Line fue el único medio local presente en el lugar, en donde hubo shows de percusión a cargo del grupo Rumbo Horizonte y de la murga Los Callejeros. También realizaron una suelta de globos y le cantaron el feliz cumpleaños a Alejito, que ayer debería haber soplado sus primeras nueve velitas. Fue un festejo diferente, pero celebración al fin. Su mamá prefirió compartirlo con quienes la acompañaron y homenajear la vida de su hijo de esa manera, solidaria y comprometida con el prójimo. “Nos tenemos que hacer donantes de médula para que ninguna otra madre sufra lo que estoy padeciendo yo”, pidió Gabriela.
También hubo payamédicos, que le dieron color y sonrisas a la tarde, y se sumaron pacientes y familiares de personas que sufren distintas enfermedades y patologías. De la región, la presencia institucional que se registró fue la del concejal de Ituzaingó Juan Carlos Romieux y su esposa Gloria Caviglia. Pero quizá lo más novedoso de la jornada fue la gran cantidad de chicos y chicas que, acompañados de sus padres, también gritaron “doná médula”.

“Que la gente sepa que no duele. Que sepa que es solo una extracción de sangre. Que se saque todos los tabúes y los miedos. No voy a parar de luchar hasta que todo el mundo se haga donante de médula ósea”, reiteró su promesa Gabriela.