El 16 de septiembre de 2020, al menos tres sujetos y una mujer, quienes circulaban en una camioneta de alta gama, interceptaron a un comerciante, propietario de una pollería, y mediante una amenaza con armas de fuego y de habérselo llevado privado de su libertad le robaron un millón de pesos. Ese dinero era transportado para el pago a proveedores.
Tres meses después, a mediados de diciembre del año pasado, familiares de ese pollero fueron sorprendidos cuando llegaban a su domicilio, en Maza y Lemos, en la localidad de Villa Trujui, en Moreno. Fue un asalto tipo comando, ejecutado por once malvivientes vestidos de policías.
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La banda circulaba en dos vehículos de alta gama, portaban armas de fuego cortas y largas y un elemento en sus manos de grandes dimensiones para romper diferentes puertas, conocido como ariete. Hicieron ingresar al comerciante a su finca, redujeron a su grupo familiar y empleados del lugar y se llevaron diferentes bienes de valor.
Desde aquel momento, la Fiscalía General del Departamento Judicial Moreno-General Rodríguez dispuso un equipo de investigadores específicamente abocados al tema bajo la órbita de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 1 del fiscal Leandro Ventricelli. Luego de una intensa búsqueda de pruebas, trabajo en el que participaron efectivos de la Policía bonaerense y de la División Operativa Oeste de la Federal, con la colaboración de las cámaras del Municipio de Moreno, se empieza a desbaratar la banda.
Fuentes policiales y judiciales informaron a Primer Plano Online que hubo más de dos meses de escuchas telefónicas autorizadas por la justicia, un exhaustivo análisis de megadatos y apertura de antenas de telefonía celular. Luego de la evidencia recopilada, el Juzgado de Garantías Nº 2, a cargo del juez Gabriel Castro, ordenó la realización de cinco allanamientos en total en domicilios de Moreno, Ituzaingó y San Antonio de Padua, en Merlo, que permitieron la detención de tres personas (dos varones y una mujer mayores de edad) imputadas por los delitos de robo agravado por el uso de arma de fuego, robo agravado por haber sido cometido en poblado y en banda y privación ilegal de la libertad.
En los procedimientos los uniformados secuestraron armas de fuego de grueso calibre, uniformes de policía (chalecos, gorras, escudos, y diversa vestimenta), el ariete policial para romper puertas, además de material estupefaciente y elementos para su fraccionamiento.
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Según pudo saber este medio, a raíz de los estudios telefónicos se pudo determinar que el celular de uno de los imputados partió desde Ituzaingó y se posicionó “en extremada cercanía” al lugar del segundo de los robos. Además, luego de cometido el delito, su equipo de telefonía presentó los mismos impactos de antena que los celulares sustraídos a las víctimas, ello corroborado mediante Sistema de Análisis Criminal I2.
De todos modos, la investigación no está finalizada, ya que son por lo menos otras siete personas las involucradas que siguen siendo buscadas.