Miles de personas marcharon ayer por las calles de Ituzaingó con un estado de ánimo común: conmoción, bronca, indignación y reclamos para que las autoridades den respuestas de una vez por todas a la población, desprotegida frente a una ola de inseguridad que se lleva la vida de los vecinos.
Se trató de una movilización pacífica, encabezada por los padres de Diego Roda, el comerciante asesinado el lunes pasado cuando intentaron robarle el auto en presencia de su mujer, Virginia Tueso, y su hijo Pedro, de sólo tres semanas de vida. Justamente la viuda, con un vendaje en la mano derecha producto de la herida que recibió en el hecho criminal, y un carrito en el que transportaba al bebé también se destacaron en la cabecera de la protesta, además de los otros dos hijos del verdulero.
Los momentos en los que se escuchó más fuerte el reclamo de justicia y seguridad fueron, por un lado, en las puertas de la comisaria Primera y, por el otro, en las puertas de la Municipalidad, donde los esperó el secretario general del Gobierno local, Martín Rossi, e invitó a los familiares a ingresar para tener un encuentro con el intendente Alberto Descalzo. Fueron 25 cuadras de marcha por las calles del distrito, que ayer dejó de lado la paz de los sábados a la tarde para darle lugar a la bronca e indignación. Entre las consignas que cantaron los vecinos, los más cuestionados fueron la justicia, la Policía y el propio jefe comunal.
“El que hizo esto, pobrecito, debe ser una persona desgraciada. Ni los animales se matan así entre ellos”, dijo a Primer Plano On Line Omar Roda, el padre de la víctima fatal. “Sin Diego soy un pedazo de carne caminando sin alma, sin corazón y sin sangre, con la ropa caminando, nada más”, describió.
Diego Roda fue asesinado de 4 balazos la noche del lunes pasado por dos hombres que venían escapando a pie de la Policía tras un raid delictivo que se había iniciado en Caseros con el robo de una camioneta Partner. En el vehículo que intentaron robarle estaba su pequeño bebé Pedro, recién nacido, y supo que no podría sacarlo de allí ante la amenaza de los delincuentes. Prefirió escapar y recibió los disparos fatales. “No hay palabras para hablar de él: nosotros tenemos un comercio, y un día entró una criatura a pedir una fruta. Un empleado le dijo ‘no, no tenemos, andate’. Saltó Diego y le dijo ‘andá corriendo a buscarlo y no quiero que nunca más hagas eso’. Los trajo al nene y le dio una bolsada de fruta. Diego era un corazón grande como todo Ituzaingó”, se emocionó Omar al recordar a su hijo.
Si bien la familia se llevó el compromiso del intendente de que el caso llegará hasta la gobernadora María Eugenia Vidal y que el municipio pondrá un abogado a disposición, lo cierto es que hasta el momento la investigación no tiene pistas firmes para dar con los asesinos. Cabe recordar que dos días después del crimen fueron detenidos Ezequiel Nastas y Emanuel Betini a partir del relato brindado por un testigo que dijo haberlos visto esa noche por el lugar, aunque luego ese testigo se desdijo porque “se confundió de personas”, y tanto el fiscal Marcelo Tavolaro como el juez Alfredo Meade ordenaron su inmediata liberación.
OTRAS VOCES
“Vivo a 7 cuadras de la verdulería de Diego. Era una excelente persona, y venimos a pedir seguridad y justicia porque esto no da para más. Se falopean en las esquinas, roban, no tienen reparo en las criaturas, en la hora. Hoy le tocó a él y mañana puedo ser yo o cualquiera”, dijo a Primer Plano On Line Silvana Giménez, quien participó de la marcha con su hijo.
“Vivo hace 54 años en Ituzaingó y nunca viví algo así. Tener miedo para salir y entrar de tu propia casa es una locura. Esperemos que la gente que tiene responsabilidades nos escuche de una vez”, relató Luis, otro vecino indignado que participó de la movilización.
