Son horas difíciles para la gobernadora María Eugenia Vidal. En un día recibió dos llamadas con amenazas y su casa de Castelar fue blanco de un extraño hallazgo que en la administración bonaerense no dudan en sumarlo a la sucesión de intimidaciones contra la mandataria.
El ministro de Justicia, Gustavo Ferrari, reveló que la Policía halló en el garaje de la casa de la gobernadora de Castelar un cartucho sin percutir. Se trata del domicilio familiar que la dirigente abandonó hace casi dos meses justamente por cuestiones de seguridad y movilidad, ubicado en San Pedro 1164. Desde temprano en el lugar están apostados los móviles de los canales de TV.
«Los llamados y todo esto son indicios claros. No hay otra interpretación. Es una amenaza y hay que vincularlo con la decisión política más firme que se adoptó que es avanzar contra las mafias y la corrupción», aseguró Ferrari.
El domingo por la tarde el servicios de emergencia 911 recibió un llamado donde una voz alertaba que la Gobernación iba a volar por los aires. Un mensaje similar se repitió la noche del lunes. Los tres episodios se suman a otros mensajes que recibió Vidal durante su gestión, como la intrusión de policías en su despacho o el robo a uno de sus asesores de máxima confianza, el ministro de Gobierno Federico Salvai.
De acuerdo a las investigaciones preliminares, el llamado del domingo por la tarde se realizó desde un penal de La Plata. Es más, Ferrari aseguró que hay cierto grado de certificación de la identidad de la persona que realizó la amenaza. No obstante, el desafío de las autoridades es encontrar cuáles son los vínculos con la voz del teléfono.
No obstante, el funcionario evitó ligar esta seguidilla de hechos con la oposición. Si bien dijo que muchas veces «la política mete la cola» y que «la relación de la gobernadora con la gente puede generar algunas reacciones», lo diferenció de lo que son amenazas de muerte, bombas y cartuchos.
