Eran las 20.30 del martes y María Fernanda Villosio estaba en su casa con sus tres hijos esperando la llegada de su marido, que es pastor evangélico. De repente el hombre ingresó a la vivienda de la calle Tucumán al 3.400, en Castelar norte, pero no estaba solo: con él entraron tres delincuentes armados, que apuntaron a la familia detrás de un único objetivo, que era llevarse todo lo de valor que encontraran y en el menor tiempo posible.
“Mi marido estaba cerrando el portón y se metieron tres delincuentes armados con pistolas importantes. Nos apuntaron a todos pidiendo plata y que atemos al perro, porque se le fue encima a uno de ellos. En ese momento tuve mucho miedo, porque tengo un nene con autismo y no sabía cómo podía reaccionar”, contó la mujer, periodista y editora ejecutiva de Revista Noticias, en conversación telefónica con Primer Plano Online.
AUDIO: EL TESTIMONIO DE FERNANDA VILLOSIO EN DIÁLOGO CON PRIMER PLANO ONLINE
Así comenzó la odisea que, afortunadamente, fue “muy corta”. Como en la finca prácticamente no había dinero, luego de pegarle un culatazo al esposo de Fernanda y hacerlo subir junto al mayor de sus hijos, de 15 años, los malvivientes optaron por cargar todo lo que les parecía de valor para llevárselo. En el revoleo se hicieron de computadoras, de celulares y billeteras y se fueron rápido.
Y, por insólito que parezca, entre las cosas que robaron estaba la biblia que usa el dueño de casa para predicar la palabra de Dios. “No revolvieron nada y sólo se fueron con lo que había a la vista”, describió Villosio. Ni bien dejaron el domicilio, el Mario de Fernanda se dirigió caminando hasta la comisaría 7ª a radicar la denuncia de lo vivido.
“La verdad que la Policía se portó muy bien y actuó muy rápido, particularmente el comisario Diego Brítez, que estuvo con nosotros. Hasta el jefe Departamental se involucró, y mandaron el alerta al instante, con lo cual los pudieron seguir. Y cuando los delincuentes se sintieron cercados chocaron, se bajaron y pudieron recuperar gran parte de lo que me habían robado”, señaló la víctima.
Curiosidades del destino: el auto con el que los delincuentes arribaron a la casa de la periodista se lo habían robado a una vecina de Ciudadela, a la que se lo habían entregado un día antes, cero kilómetro. Se encontraron con ella en la comisaría radicando la denuncia.
Fernanda está convencida que fue un robo “totalmente al voleo”, y que duró poco tiempo porque los delincuentes “no quisieron levantar la perdiz”, debido a que es una cuadra con alarmas, conexiones entre vecinos y cámaras de seguridad. Pese a eso, la zona “está terrible”, reconoció. “Hoy a la mañana pasó una vecina por la vereda y me contó que iba con gas pimienta. No lo había visto nunca eso”, lamentó.