¿Cómo habrá hecho una familia tipo, de cuatro personas, con valijas y demás pertenencias, para subirse a un Fiat 600 y viajar hasta Mar del Plata para pasar unos días de vacaciones? Es uno de los grandes misterios de la humanidad, que difícilmente pueda ser comprendido en tiempos de robótica e inteligencia artificial.
Pero pasó. Y el protagonista de las aventuras de miles de familias argentinas fue el inolvidable Fitito, ese auto que tiene un valor sentimental y social que trasciende épocas. Y que ahora tiene su museo en Tres de Febrero, más concretamente en el playón del edificio municipal: a partir del 5 de noviembre abrirá sus puertas con entrada libre y gratuita.
Pero antes de su apertura Primer Plano Online te lo muestra en exclusiva por dentro. Quizá para dejarte un poco más manija si ya tenías ganas de ir a conocerlo y encontrarte con ejemplares de distintos momentos y con diseños inéditos, desconocidos tal vez. La construcción del espacio fue anunciada por el intendente Diego Valenzuela en la inauguración de las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante de este año y se erigió en tres meses.
Para su concreción no sólo intervino personal municipal, sino que también se sumaron un puñado de amantes del ‘Fiat bolita’ nucleados en Reunidos por el 600. “Estamos consolidando una identidad de Tres de Febrero alrededor de esta historia maravillosa de estos autos. Queremos que sea un factor de desarrollo local: que las familias viajen en tren, coman algo en una parrilla o pizzería y se vengan a ver el museo”, destacó el jefe comunal.
En su discurso de presentación Valenzuela, que se reconoce como un fanático fierrero y del Fiat 600 en particular, recordó a una vecina, Nelly, que le había expresado un deseo en vida: “quiero que mi Fitito esté ahí”. La mujer falleció durante la pandemia de Covid-19 pero un día lo llamó desde el hospital en el que estaba internada, con su voz ya apagada. “Es una historia hermosa, dolorosa y triste, porque ella falleció. Pero a su ves hermosa, porque ese auto amarillo que está ahí era de ella y lo trajo el sobrino”, la evocó.
El Fitito de Nelly será restaurado para que sea un homenaje permanente a ella. Para el intendente, con el museo “estamos retratando una historia homenajeando a este gran vehículo argentino que se fabricó íntegramente en Caseros”. “La verdad que nos llena de orgullo esta historia que tiene que ver con los inmigrantes, con los tanos, con la cultura del trabajo, con los valores familiares y con la industria”, describió.
Algo más de 294 mil unidades se fabricaron en la Argentina del Fiat 600 y todas entre las dos plantas de Tres de Febrero. Se trata de un vehículo cuyo diseño llegó de Italia, en donde fue presentado a mediados del siglo pasado y que se empezó a producir a nivel local en 1960. La producción duró hasta 1982, cuando le dejó lugar al Fiat 147, la evolución de la marca.
En el museo hay una línea de tiempo con los cambios y los avances de la época. Hay modelos de circulación en las calles, otros de carrera, otros que tienen motores preparados para darles mayor velocidad, los volantes diversos, diseños de tablero y luces, entre otras cosas.
El Fitito fue, por ejemplo, el primer auto de Susana Giménez, tal cual lo contó la diva en una entrevista. Y también se subió a bordo de un ejemplar Luis Federico Leloir, Premio Nobel de Química. El museo cuenta, asimismo, con un simulador: la posibilidad de manejar a bordo de esa carrocería y sentir el calor en esencia. Y las vibraciones por doquier, que solo alguien que estuvo arriba pudo experimentar.
“No es un auto lo que estamos celebrando. Es un hecho social, es un hecho cultural, y también un hecho laboral e industrial”, cerró Valenzuela en la presentación del Museo del Fitito en Caseros, que ya es la concreción de un sueño.