Murió un chofer de la Línea 216 por coronavirus. Rodolfo Arrieta tenía 50 años, dos hijas y una nieta, vivía en Villa Tesei y manejaba el interno 11 de la línea 166. Sus compañeros, como se observa en el video que ilustra esta nota, lo despidieron con un conmovedor y sentido aplauso.
Pero detrás de la triste noticia de un fallecimiento hay una historia cargada de dramatismo. Y también de bronca. La contó a Primer Plano Online Natalia, quien fue su pareja durante los últimos nueve años y atravesó estas dos semanas con una profunda angustia, hasta que finalmente le llegó la noticia del deceso.
Rodolfo, conocido como ‘Fashion’ en la compañía, hacía 21 años que se dedicaba a manejar colectivos, repartidos entre la Línea 111 y luego, durante 19 años, formó parte de la pantilla de la 216. Su malestar comenzó el sábado 4 de julio, cuando se presentó a trabajar, le tomaron la temperatura al llegar y estaba en condiciones para salir al recorrido. “Al llegar a Palermo empezó a tener dolores en el cuerpo y le raspaba la garganta. Cuando regresó a la terminal, le dijeron que se vaya a la casa luego de manifestar su malestar, y le recomendaron que llame al 148”, contó Natalia.
EL RELATO DE NATALIA SOBRE CÓMO FUE LA MUERTE DE SU COMPAÑERO:
Los insistentes llamados a la línea estatal fueron infructuosos. La respuesta que recibía era contactarse con la obra social de la Unión Tranviarios del Automotor (UTA). De manera preventiva, Arrieta se aisló en su casa y recién al sexto día lo fue a ver a su domicilio una ambulancia del 107. “Le dieron un certificado y le dijeron que en 72 horas lo tenían que volver a ver”, acotó la mujer. Pero vino el feriado del 9 de julio y recién el lunes posterior llegó a su casa un móvil blanco de la obra social.
El profesional que lo atendió corroboró que Rodolfo no saturaba, indica la aplicación de oxígeno y el traslado urgente a un centro asistencial. Lo tuvieron media hora en su casa hasta que recibieron la venia para internarlo en la clínica Independencia de Munro.
“Ingresa y le hacen una tomografía que confirmó que tenía neumonía bilateral en ambos pulmones. Hablé con el médico y me dijo que el cuadro se asociaba con el Covid-19. Estuvo 24 horas en la guardia hasta que le hicieron el hisopado y lo subieron. Desde ahí no volví a hablar con él. Hasta que el martes de la semana pasada a la noche me informaron de la clínica que lo habían intubado, con respirador, y estaba en coma farmacológico”, detalló Natalia.
Naturalmente, ni ella ni ningún familiar podía verlo. El aislamiento para pacientes con coronavirus es total. Y lo único que hay son partes médicos brindados por teléfono. El cuadro de ‘Fashion’ se complicó el domingo. La información que recibían sus allegados es que seguía crítico. “Lo rotaban porque eso hacía que ventile los pulmones”, agregó Natalia.
El lunes de esta semana la llamaron para informarle que le iban a suministrar corticoides por su inflamación pulmonar, que impedía el ingreso de oxígeno. Además, levantó fiebre y empezó a tener fallas en los riñones. El último parte médico fue en la noche del martes para el miércoles: los médicos habían decidido realizar diálisis al otro día. Pero eso nunca pasó.
“Me llamaron a las 3 de la mañana para informarme que había entrado en paro, pero que lo habían reanimado. Me fui para la clínica, y a las 5.30 me llamaron para decirme que había fallecido porque entró en otro paro y no lo pudieron sacar”. Con su voz cansada y destrozada, Natalia narró de esa forma cómo se enteró del fallecimiento del hombre que la acompañó en los últimos nueve años de su vida. “Era una gran persona, un gran compañero y marido. Estamos completamente destrozados”, cerró la mujer.