La cantante estadounidense Tina Turner murió «tras una larga enfermedad» en su casa de Kusnacht, cerca de Zúrich, Suiza. «Con ella, el mundo pierde una leyenda de la música y un ejemplo a seguir», dice un comunicado de su agente.
En diciembre del año pasado, Turner había perdido a su hijo Ronnie de 62 años. Se trataba de la segunda tragedia que impactó fuertemente a la cantante. En 2018, otro de sus hijos, Craig, se quitó la vida a los 59 años.
Turner saltó a la fama junto a su esposo Ike en la década del 60 con canciones como Proud Mary, River Deep y Mountain High.
En 1978 se divorció de Ike, quien durante años abusó de ella física y psicológicamente, y logró un éxito aún mayor como solista en la década de 1980.
Turner había sufrido una serie de problemas de salud, incluidos un cáncer, un derrame cerebral e insuficiencia renal.