Se encuentra en marcha y continúan las inspecciones y auditorías permanentes sobre el plan de inversiones que propuso la fábrica de gelatinas Rousselot, en Hurlingham, un karma por olores nauseabundos y ruidos para los vecinos de Villa Tesei.
Según informó a Primer Plano On Line el jefe de Gabinete municipal, Pablo del Valle, actualmente la situación está “en la anteúltima etapa que al concluirse durante este mes de marzo permitirá que todo el ciclo productivo se realice a cielo cerrado”. Luego de ello, cuando no se manipulen ni materias primas ni residuos al aire libre, la firma instalará un sistema de cañerías que optimizará el proceso de disposición de los desechos en los contenedores.
El Municipio espera que cuando se concluya esa etapa de obras se eliminen definitivamente los olores que afectan a los vecinos y que la producción se realice de acuerdo a estándares ambientales de calidad.
“El hecho nuevo es que durante enero recibimos una nota con la firma de vecinos del barrio que nos informaba que algunos estaban sufriendo irritaciones en los ojos y dificultades respiratorias, presumiblemente producto de la Fábrica Rousellot. Ante esto, la decisión del Intendente fue dar intervención a la justicia federal por aplicación del artículo 41 de la Constitución Nacional y de las leyes de presupuestos mínimos ambientales y de residuos peligrosos”, explicó el funcionario.
Por ahora, una nueva clausura no está en los planes pero tampoco se descarta. Lo cierto es que la causa la tramita la justicia federal de Morón y el Municipio inició un relevamiento casa por casa con un equipo interdisciplinario compuesto por las áreas de Salud y de jurídicos “a fin de determinar potenciales afecciones y remitirlas al juzgado interviniente”.
