La generación que nació después de los años 80 y llegó a su vida adulta luego del 2000 está definitivamente atravesada por la tecnología. A los integrantes de este grupo etario se lo denomina “millennials”, y son ellos quienes a pesar de haber nacido en la era digital y jactarse de su libertad sexual, parecen no hacer uso de esa ventaja comparativa que tienen servida en bandeja.
Estos jóvenes pasan tanto tiempo online que terminan interactuando menos en persona y muchas relaciones son menos duraderas o no llegan nunca a concretarse. Las redes sociales los ayudan a estar más conectados, sin embargo, ya se empiezan a conocer algunas consecuencias de su excesivo uso. No se trata sólo del sexo, sino de las relaciones en general. Los expertos coinciden en que esta generación se destaca por la falta de compromiso y por no poder sostener cosas a largo plazo. La inmediatez, relacionada al acceso tecnológico es el patrón que se repite. Eso impacta en las relaciones sociales y sexuales con un disfrute intenso pero absolutamente pasajero.
Una investigación de la Universidad de San Diego, en los Estados Unidos, analizó las actitudes sexuales de los millennials. Según el estudio, su vida sexual es más permisiva que la de generaciones anteriores, aunque estos jóvenes tienen sexo con menos parejas que las que tenían sus padres. El deseo no está influido por la presión social: ser joven no les exige tener deseo todo el tiempo, por el contrario, su condición los lleva a valorar y defender el deseo sexual personal.
Con relaciones con menos compromisos; algo de sexo, pero no en exceso; mucha vinculación y participación en las redes sociales, los millennials han decretado que buscan una manera de vivir con códigos propios.