El distrito de Merlo sufrió el segundo motín en lo que va del año. En esta ocasión ocurrió en la comisaría 4º de Libertad, donde un grupo de presos tomó los calabozos para pedir el traslado de siete personas encarceladas que ya tienen dictada la prisión preventiva y reclamaban ser llevadas a otros presidios para cumplir su castigo.
Cerca de la medianoche, advertidos de la situación, se presentaron en la seccional el juez de Garantías Nº 1 de Morón, Alejandro Lagos, y los fiscales María Silvana Bonini y Sergio Dileo, de la UFI 6 en turno. Según pudo saber Primer Plano On Line, no hubo heridos y la revuelta se controló en poco tiempo, aunque las escenas de tensión se sucedieron con la llegada al lugar de familiares de los detenidos y ambulancias, que arribaron por protocolo de actuación.
Las autoridades judiciales estuvieron hablando con los presos, que les manifestaron el pedido de traslado. La Policía no ingresó al lugar, porque los 30 detenidos alojados allí prefirieron hablar con el juez y los fiscales. Un día antes había estado en la seccional el juez del Tribunal Oral Criminal 1 de Morón, Claudio Chaminade, que había recorrido las instalaciones. También anoche se presentó en la comisaría personal de la Dirección de Derechos Humanos de Merlo, con el objetivo de garantizar que el trato hacia los detenidos sea el correcto.
Por seguridad también actuó personal de distintas dependencias policiales del distrito, con apoyo de Infantería y del Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF). Aproximadamente a las 3 de la madrugada se consiguió trasladar a distintas unidades carcelarias a los siete detenidos que habían iniciado el motín y la situación recobró su normalidad en la dependencia.
Cabe recordar que en enero pasado, 26 presos protagonizaron un motín en la seccional 3º de Merlo, que concluyó luego de una ardua negociación con efectivos policiales. Los policías lograron rescatar y trasladar al hospital a un recluso herido, mientras trasladaron a otros 14 detenidos, que se habían amotinado como consecuencia de una supuesta pelea entre internos, quienes además denuncian malos tratos y pésimas condiciones de habitabilidad. «Se usa hasta el baño para dormir», expresó uno de ellos.
