Juntos x el Cambio no existe más como grupo o como equipo. La fuerza que lidera el presidente Mauricio Macri está en estado de descomposición más allá de las puestas en escena que se pretendan hacer, como la de ayer en el Centro Cultural Kirchner (CCK) en la reunión de Gabinete Ampliado.
El mazazo electoral que sufrió esa coalición el domingo pasado produjo enormes grietas, e insalvables, en todas las capas de la fuerza política gobernante a nivel nacional, provincial y en varios Municipios. Con resultados prácticamente irreversibles en nación y provincia, los intendentes amarillos que perdieron o ganaron por estrecho margen intentarán revertir los resultados que la gran ola azul causó en el conurbano. Y también en el profundo interior bonaerense.
En el caso de Morón, tras la inesperada derrota a manos de Lucas Ghi, Ramiro Tagliaferro -quien no llamó a su adversario para felicitarlo por el triunfo- convocó a todo su gabinete, incluidos allí los titulares de las siete Unidades de Gestión Comunitaria (UGC) en las que se descentraliza el gobierno comunal. También formó parte del encuentro la presidenta del Concejo Deliberante, Analía Zappulla, una de las espadas políticas del alcalde.
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Primer Plano Online pudo saber que todos fueron confirmados en sus cargos, incluido el influyente Carlos Rebagliatti (jefe de campaña, músico y amigo de toda la vida del intendente). En ese cónclave se definió hacer la conocida como Gran San Miguel, algo así como “sálvese quien pueda”.
La jugada que remite al vecino distrito refiere a la táctica puesta en ejecución por Joaquín De la Torre y su delfín, el intendente Jaime Méndez. Ambos, el primero de ellos actual ministro de Gobierno de María Eugenia Vidal, mandaron a cortar boleta en su Municipio pateando el tablero y defendiendo la gestión local como sea.
Quizá a ellos fue destinada la alocada arenga de la diputada Elisa Carrió ayer en el CCK, aunque también hubo un mensaje que pareció tener como objetivo a la gobernadora María Eugenia Vidal, presente en primera fila.
En Morón consideran que la elección de octubre es “muy complicada”, teniendo en cuenta los 8 puntos de diferencia que sacó Frente de Todos y el contexto nacional, que no ayuda para nada. En rigor, saben que las medidas que anunció el presidente Macri en estos días son “manotazos de ahogado” y que el arrastre del mal humor social se profundizará en los próximos días.
También reconocen errores propios como no priorizar la solución a los problemas más terrenales (pozos, baches entre otras cosas) por sobre las obras estructurales. “Hasta ahora fuimos muy orgánicos con la Rosada”, comentan a modo de justificación de una lealtad que desembocó en derrota. Por eso, el camino separatista es inexorable: lo propio hará María Eugenia Vidal. “No vamos a tirar la toalla”, fue una de las frases empleadas por Tagliaferro para levantar el ánimo de su gente.
La decisión está tomada: a partir de ahora, la campaña es netamente localista. Paradójicamente, Juntos por el Cambio en Morón apelará a la tijerita, elemento que distinguió la histórica elección en 2003 que llevó a Martín Sabbatella a ganar la intendencia con un partido vecinal.
Intentarán convertir la contienda electoral en Morón como la madre de todas las batallas, apostando a la participación más asidua de la gobernadora Vidal en el territorio, defendiendo la gestión y a Tagliaferro confrontando con el kirchnerismo cuerpo a cuerpo.