La nueva comisión directiva del Deportivo Morón está abocada por estas horas al rearmado del plantel para competir en el próximo torneo de la Primera B Metropolitana. En el eje prioritario tanto para el cuerpo técnico encabezado por Walter Otta como para la dirigencia está el caso del goleador Javier Bicho Rossi, quien ya manifestó sus deseos de continuar en el club pero la institución dueña de su pase, Barracas Central, también pretende contarlo en sus filas.
Allí, del otro lado del mostrador no están únicamente las autoridades del ‘Camionero’: tanto el flamante manager como el entrenador recién asumido son viejos conocidos de Alberto Meyer. El primero es el ‘Gato’ Salvador Daniele; el segundo, Fabián Nardozza. Ambos pretenden armar un equipo fuerte para subir de categoría y avisaron que cuentan con Rossi.
La oferta que Morón le hizo al 9 es suculenta. Le propuso duplicar el salario que percibió en el torneo pasado y hay un principio de acuerdo, con el lógico tironeo por el detalle final de la cifra. Ahora, la misión dirigencial es acordar con Barracas el resto, que principalmente pasa por el medio año que liga al ‘Bicho’ con esa entidad.
En tren de confirmaciones, quienes seguirán en Deportivo Morón son Emanuel Giménez y el ‘Rengo’ Rodrigo Díaz, mientras que Emiliano Mayola y Gerardo Martínez fueron pedidos por Sergio Rondina para Arsenal de Sarandí. En el posible pase también entraría Mariano Barbieri, que ya juega en el equipo del Viaducto. La dirigencia de Morón pide a sus pares de Sarandí que armen un combo y eleven una propuesta económica concreta por los tres futbolistas.
Hay algunas decisiones tomadas en el marco del futuro plantel. Se irán a préstamo a otros clubes jugadores como Emanuel Francés, Federico Turienzo, Imanol Varela, Santiago de Osa, y algunos juveniles más que no estarán en la consideración del cuerpo técnico. ¿Refuerzos? Esta semana es muy probable que empiecen a definirse. La idea de Otta es comenzar la pretemporada con algunos ya asegurados.
Motor fundido
Luego de un par de días de descanso y pesca con familia y amigos, el técnico de Morón Walter Otta volvía el viernes a Buenos Aires para retomar sus actividades. Primero fue una señal en el tablero de su auto y luego el humo, que finalmente le hizo detener la marcha porque nunca más arrancó. El motor estaba fundido. “No le dí bolilla al aviso de falta de aceite y así terminé”, explicó el orientador táctico a Primer Plano On Line. La foto, tomada en la Panamericana, es elocuente.
