Los sueños están para ser cumplidos. Gracias a la decisión de un padre dispuesto a darlo todo por las ilusiones de su hija, y una enorme movida solidaria motorizada a partir de un posteo en Facebook, la pequeña ‘Gallita’ Juliana Martínez podrá viajar a Uruguay para competir en la Copa Olimpia, que el año pasado también la tuvo como protagonista, junto a gimnastas de varios países latinoamericanos.
“Gracias a todos los que vinieron, y a los que no vinieron también, para ayudarme a viajar a competir a Uruguay”, fue el mensaje que la chiquita envió a la redacción de Primer Plano Online luego del evento en el cual se juntó el dinero para la travesía del fin de semana venidero.

Lo que pasó fue una reunión de ‘Gallos’ solidarios en la confitería del club, cedida por sus concesionarios, donde no sólo se colaboró con el viaje de Juli sino que además, en agradecimiento a los que hicieron posible recaudar el dinero, hubo sorteos y se proyectaron videos para recordar los 71 años de Morón y el ascenso obtenido hace casi un año. Es decir, una tarde a pura pasión para mitigar el frío climático que hacía afuera.
Al final de la jornada se procedió a abrir la alcancía, y la emoción fue generalizada cuando se contaron los 15 mil pesos que necesitaban padre e hija para encarar la travesía. “Muchos dicen que Morón es un gigante dormido, pero esta vez se despertó. Mi agradecimiento total a todos los que ayudaron desde el anonimato desde lugares recónditos, como Tierra del Fuego. Es la primera vez que pido una mano y la sorpresa y el privilegio que me llevo de haber encontrado tanta solidaridad me conmueve”, indicó Guillermo ‘Willy’ Martínez, papá de Juliana, ante la pregunta de Primer Plano Online.

Entre los agradecimientos personalizados, mencionó a ‘Yeso’ Álvarez, a Gastón Capurro, a Leo Sauk y a la periodista y una de las voces del estadio, Silvana Varela, por haberse puesto al frente de la movida solidaria. No es poca cosa lo conseguido: en pocos días juntó la plata, podrá acompañar a su pequeña ‘Gallita’ a Uruguay y no tuvo que vender su colección de camisetas. Ahora el problema lo tendrá Juli: a quién dedicarle las medallas que, seguramente, se traerá del país vecino.
