Un violento intento de robo en Ituzaingó sur quedó registrado por una cámara de seguridad y dejó varias aristas para el análisis.
Primero, la arriesgada maniobra del conductor, que se expuso a un balazo; segundo, la inexperiencia del frustrado delincuente, que pese a que pareció no animarse a ejecutar la acción delictiva terminó disparando contra la víctima; tercero, que la inseguridad sigue siendo un fenómeno que irrumpe a cualquier hora del día.
El hecho ocurrió sobre la calle Quinquela Martín al 2200 casi esquina Cuyo el sábado por la tarde, cuando la tranquilidad del barrio era inmutable. Allí un muchacho de 35 años llegaba a su casa cuando estacionó la camioneta VW Amarok blanca y se dispuso a descender. Algo tan habitual y cotidiano como eso.
Eran las 18.30 y, tal como se observa en la filmación, una moto con dos jóvenes a bordo circulaba por esa calle en dirección contraria. La víctima frenó, abrió la puerta del lado del conductor y se dispuso a tomar sus pertenencias para bajar, pero de repente la moto reapareció en escena por la vereda. El conductor con casco; su acompañante con gorrita.
Un disparo que pudo ser mortal: ¿por qué no hizo un desastre?
El vecino se dio cuenta de inmediato lo que le estaba por pasar y cerró con un portazo para ponerse a resguardo. El sujeto que viajaba en la parte trasera de la moto corrió hacia él para intimidarlo con las órdenes que le daba su cómplice, que hasta con un brazo lo empuja para que vaya al ataque y le marca “abrí la puerta, dale”.
Se nota en la filmación la inexperiencia del ladrón, que cuando se acercó a la puerta de la Amarok y se encontró con que la víctima la había trabado de adentro no dudó en disparar. Apuntó con su arma y gatilló, y como se observa en la imagen le marcó un punto en el vidrio. El estruendo estremece: es un balazo sin dudas. ¿Por qué no hizo un desastre?

La hipótesis que manejan los investigadores por estas horas es que se trató de un revólver de aire comprimido. “Es un arma que tiene el mismo sonido que una de pólvora pero lanza balines. Pueden lastimar y hasta sacar un ojo, pero no suelen ser mortales”, explicó una fuente de la investigación consultada por Primer Plano Online.
Como sea, el muchacho se expuso a la muerte, porque si era un arma de fuego el disparo le apuntó a la cabeza. Los motochorros huyeron en dirección a Libertad, Merlo, y están siendo intensamente buscados mediante la revisión de cámaras de seguridad públicas y privadas. El caso es investigado por el fiscal Marcelo Tavolaro, de la UFI Descentralizada Nº 1 de Ituzaingó.