Mía y sus papás están atravesados por la incertidumbre. En noviembre de 2018 internaron a la pequeña por primera vez en el Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez porque presentaba hematomas en todo el cuerpo, sangrado de encías y nariz. Sin embargo, desde entonces, después de haber sido sometida a tres punciones de médula y haber recibido varias transfusiones de sangre, no tiene un diagnóstico preciso. Lo que es seguro, es que en el habitual recuento de plaquetas al que es sometida mediante análisis de sangre periódicos, sus valores son extremadamente bajos.
La pequeña Mía sigue en tratamiento y debido a que no cuenta con obra social ni prepaga, debe atenderse en el sistema público de salud. Su caso es supervisado por los excelentes profesionales del Gutiérrez, quienes aún no pidieron determinar con certeza cuál es la enfermedad que aqueja a la chiquita de 9 años. En forma preliminar y a partir de las punciones hablaron de que se trataría de una hipoplasia medular aunque por ahora el diagnóstico no es definitivo.
Sin embargo, Mía ya fue medicada para enfrentar su actual situación de salud sin tener precisión a la fecha de si deberá ser sometida a un trasplante de células madre en el futuro, para lo cual ya se evaluó mediante los estudios correspondientes que ni su madre ni su padre son compatibles. Mirá el video que grabó la pequeña suplicando recibir su medicación
A Mía le fue administrada la droga Eltrombopag 50 mg que su mamá, Daniela Solís, gestionó ante el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación dado que cada caja de 28 comprimidos asciende a $115.000. Si bien desde la dependencia le suministraron algunas dosis para el inicio del tratamiento, a la fecha la medicación fue quitada del vademécum oficial y a la pequeña sólo le quedan unas pocas cápsulas para consumir a lo largo de esta semana.
En diálogo con Primer Plano Online, Daniela, contó desesperada que “sin la medicación mi hija puede padecer hemorragias internas que ponen en riesgo su vida”. Y explicó que “no estamos pidiendo dinero, decidimos no abrir hasta ahora una cuenta para recaudar fondos, sólo queremos la medicación para mantener con vida a nuestra chiquita y entendemos que el Estado nos tiene que escuchar en nuestra petición”.
Mía cursa el 4° grado de la escuela primaria en su localidad, Moreno, pero su estado de salud hizo que en lo que va del presente ciclo lectivo hayan sido más los días que no asistió que los cursados. “Cuando tiene bajas las plaquetas el médico no la autoriza a asistir” explica Daniela y cuenta que hace unos días la directora del colegio sugirió asignarle una docente domiciliaria para que Mía no termine perdiendo el año.