21.5 C
Buenos Aires
jueves, mayo 15, 2025
spot_img

Merlo: volverán a juzgar a once policías por el homicidio de un joven en una venganza

María Teresa Viera tiene una fecha marcada en el calendario: el 7 de mayo. Ese día volverá a sentarse en un tribunal para verles las caras a los 11 policías bonaerenses acusados de haber torturado y asesinado hace siete años y medio a su hijo, Fabián Gorosito, que tenía 22 años. Espera que esta vez resulte diferente: en 2013, durante un juicio plagado de irregularidades, los agentes resultaron absueltos. «Tengo nuevas esperanzas de que ahora se haga justicia», dice.

El 15 de agosto de 2010, el cuerpo de su hijo apareció flotando boca abajo en la zanja de un descampado de Mariano Acosta. Su asesinato, cuenta la madre, fue la venganza de los policías de la comisaría de la zona contra el joven porque mantenía una relación sentimental con la esposa de uno de ellos. Antes, Fabián había sido víctima de hostigamientos e incluso del armado de una causa por robo y violación, asegura la mujer.

En el juicio, al que llegaron como imputados los 11 agentes de la comisaría 6º de Merlo y la mujer «infiel», se trataron tanto la detención ilegal de tres jóvenes que habían sido torturados y amenazados por los policías para delatar el paradero de Gorosito como la tortura seguida de muerte de Fabián. El oficial Ángel Manuel Sosa también debía ser de la partida, pero alegó problemas psiquiátricos y fue llevado a juicio posteriormente.

Fabián Gorosito
Fabián Gorosito fue asesinado tras una sesión de tortura en una comisaría de Merlo

Durante el proceso se pudo reconstruir que existieron dos grupos: el que participó en la venganza de forma activa -Gorosito fue «levantado» de la calle y llevado a la seccional, donde le aplicaron una intensa sesión de «submarino seco», entre varios tormentos- y el que se encargó de encubrirla. Se probaron, además, las continuas ilegalidades que cometían los uniformados; por ejemplo, el uso de autos con pedido de secuestro, no solo para realizar tareas de investigación no autorizadas por fiscales sino para detener personas por averiguación de identidad o para amedrentar a testigos. En su alegato, la fiscalía consideró que «lo que rompió ese cerco de encubrimiento fue nada más que una circunstancia: Fabián tiene un tío que es policía y toda la Departamental de Merlo hablaba del tema».

Sin embargo, el Tribunal Oral Nº 5 de Morón, integrado por los jueces Carlos Thompson, Susana De Carlo y Angélica Parera, absolvió por unanimidad a los acusados (incluidos los cinco agentes que habían llegado al debate con prisión preventiva). La Comisión por la Memoria (CPM) pidió el jury de los magistrados por su mal desempeño a lo largo de las audiencias. Pero la solicitud no prosperó porque dos se jubilaron y uno de ellos -Thompson- murió.

«Los jueces tenían que ser imparciales, pero siempre tiraron para los policías. A mi marido y a mí ni siquiera nos dejaban entrar en la sala porque los abogados de ellos decían que nuestra presencia ‘contaminaba’. Yo nunca había estado en un juicio, no sabía cómo era, así que me quedaba callada en la puerta esperando hasta el final de la audiencia para enterarme de qué había pasado adentro. Me acuerdo y pienso qué tonta fui. Pero ahora estoy más preparada, más fuerte», expresó la mamá de Gorosito al diario La Nación.

Crimen de Fabián Gorosito
En la búsqueda incansable de justicia, los padres de Fabián Gorosito fueron recibidos por el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel

En diciembre de 2014, la Sala II de la Cámara de Casación anuló la sentencia absolutoria y ordenó un nuevo proceso. Se criticaron la «valoración arbitraria de las pruebas» y los cuestionamientos del tribunal hacia algunos testigos y denunciantes. «La descalificación de los testimonios a partir de la inicial actitud pasiva de las víctimas y de sus familiares para denunciar no contempla el contexto en que se desarrollaron los hechos investigados, donde aparecía involucrado personal de una institución policial, situación en la cual no puede predicarse como raro algún grado de precaución o temor», sostuvieron los magistrados del tribunal de alzada.

«Yo no digo que todos lo hayan matado” -aclara Teresa-. “Cada uno tendrá su responsabilidad. Ojalá a los principales les den perpetua, pero el resto encubrió porque vio, escuchó y no dijo nada», agrega. Los acusados son Adrián Giménez, Pablo Nievas, Raúl Ortiz, Cristian Fortunato, Luis Fernández, Hernán Oviedo, Gabriel Sánchez, Leonardo Ose, Rubén Villalba, Marcelo Dipierro, Gonzalo Cueli y Aixa Soledad Sosa.

El lunes pasado Fabi, como todavía lo llama su madre, hubiese cumplido 29 años. Era padre de una nena de un año. «Ella creció mirando una foto. Y ese es el dolor más grande que tengo: un hijo muerto y una nieta sin papá». Teresa también cuenta que solía ir al cementerio todos los domingos hasta que se encontró con uno de los policías que volverá a ser juzgado en mayo. «Lo vi en la calle y me empezó a seguir -recuerda-. Entré al cementerio, pero no fui a la tumba de mi hijo por miedo de que después la rompieran o le hicieran algo. Decidí no volver hasta que todos estén presos. Cada vez que me cruzo con ellos me miran y se ríen. Yo lo tomo como que me dicen: ‘Tu hijo está muerto y nosotros estamos acá’. Pero no me importa porque sé que el que ríe último ríe mejor».

Crimen de Fabián Gorosito

Lo más visto

Artículos destacados

¿Lo leíste?

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img