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domingo, octubre 6, 2024
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Mató a un policía y estuvo prófugo por más de 15 años: ahora cayó al ir a vacunarse después de intentar matar un vecino en Merlo

La historia criminal de Alejandro Javier Salaverry Gabarain viene de larga data. En 2003, por ejemplo, asesinó a un efectivo de la Policía bonaerense en Mar del Plata. En rigor fue parte de una organización delictiva y el único que no fue encontrado para ser juzgado.

El 27 de octubre de aquel año, el sujeto y sus cómplices (Claudio López, Fernando Palomino y Carlos Marcelo De los Santos) asaltaron una casa de insumos de computación. Cuando escapaban se cruzaron con el cabo primero Cristian Agusti y su compañero Cristian Fournier, quien reconoció a Salaverry de otros hechos.

Allí se originó un enfrentamiento a tiros de la banda contra ambos policías. Agusti recibió tres impactos de bala que le produjeron la muerte en el acto y su compañero logró sobrevivir pese a las dos heridas. Los investigadores jamás pudieron encontrar a Salaverry, con lo cual la causa penal en su contra prescribió y por el crimen del policía ya no podría ser juzgado.

En 2019, cuando se aseguró que no iría preso, el prófugo más buscado en Mar del Plata salió de la clandestinidad que mantuvo durante más de 15 años. Lo hizo de una manera muy provocativa, por cierto, pero legal: se presentó en los tribunales para corroborar que fuera un ciudadano sin ninguna cuenta pendiente con la justicia, por increíble que parezca.

¿Qué había sido de la vida de ese hombre de 40 años? Se había cambiado la identidad y vivía con un nombre y un apellido apócrifo en Merlo. ¿Cómo llegan hasta él y por qué? Luego de que los investigadores cruzaran datos tras un intento de homicidio ocurrido el 15 de octubre de 2018. Detrás de esa pesquisa, otra historia apasionante que Primer Plano Online revela.

“YA VAS A VER, TE VOY A CAGAR A TIROS”

Aquella jornada de 2018, cuando eran la 1.30 de la madrugada, Ernesto Mauro Aragón se encontraba en la vereda de su domicilio de la calle Azara al 1.300, entre Acoyte y Salom, de la localidad de Parque San Martín. Luego de mantener una discusión con su vecino, al que conocía como ‘Lucas’, el hombre sufrió una amenaza directa: “ya vas a ver, te voy a cagar a tiros” (sic).

Cerca del mediodía de ese día, cuando Aragón se retiró de su domicilio para ir a trabajar, al pasar por el frente de la casa de ‘Lucas’ éste lo interceptó con claras intenciones de agredirlo. La víctima retrocedió y tropezó, cayó al piso de espalda y el atacante se le acercó con el claro propósito de darle muerte. Con un machete le produjo varios cortes en la cabeza y en los brazos. La situación fue advertida por otro habitante de la cuadra, que intercedió para evitar que continúe con la secuencia.

“Te voy a matar, te voy a cagar a tiros. Conmigo no te metas”, le decía ‘Lucas’ a Aragón, que fue llevado en remis al Hospital Eva Perón, donde lo asistieron y constataron que presentaba fractura lineal en región temporal izquierda y herida en codo izquierdo. Si no hubiera aparecido ese vecino, hubiera sido una masacre contra esa víctima.

Por eso la causa quedó calificada como homicidio en grado de tentativa y amenazas, y fue investigada por el fiscal Claudio Oviedo, de la UFI Nº 5 de Morón. Pero, ¿en qué se vinculan ambos casos, el crimen del policía en 2003 y el ataque al vecino en 2018? Ambos hechos tienen el mismo autor, dado que Lucas, como lo conocían en el barrio, no es otro que Alejandro Javier Salaverry Gabarain.

“Causó tanta indignación el cierre de aquella causa que el caso se socializó por los medios de comunicación y fue en ese momento cuando quienes fueron testigos del ataque al hombre en Merlo descubrieron que Lucas era ese asesino que se mantuvo tanto tiempo prófugo. Así se recopiló su información y se lo empezó a buscar para evitar que se vuelva a escapar”, describió un investigador.

Con la información recopilada en el expediente, agentes de las DDI de Morón y Mar del Plata se hicieron cargo de la búsqueda y prepararon el terreno para arrestarlo. La detención se dio en el mediodía de hoy, cuando Salaverry se presentó en el vacunatorio montado en el Museo del Mar a recibir su primera dosis de la vacuna contra el Covid-19. Sobre él pesaba una orden de captura emanada por la Justicia de Garantías de Morón, y efectivamente ya se encuentra tras las rejas.

Para la Policía, si bien el arresto no tiene que ver con aquel crimen de 2003, fue una reivindicación: que de alguna manera el asesino de un compañero deje de hacer daño. Para la familia de Aragón, el hombre al que casi mata en Merlo, también es una manera de reparar el daño que ocasionó. Para la justicia, la satisfacción de haber encontrado a un hombre que burló el estado de derecho.

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