Gianfranco Meloni, de 21 años, fue el responsable de una serie de maniobras criminales que terminaron con la vida de dos personas que iban a la iglesia a pedir por salud. Por eso permanece preso desde el pasado 9 de septiembre, día en que manejaba a 190 kilómetros por hora sobre la Avenida Rivadavia, a la altura de Maipú, y embistió con su Chevrolet Cruze al Corsa en el que viajaban Eduardo Federico Copa (48) y su papá Osvaldo Emeterio (70). Ambos perdieron la vida en el siniestro: el conductor al instante y su padre a las pocas horas.
La jueza de Garantías interviniente en la causa, Mary Mabel Castillo, y el fiscal Gastón Duplaá, coinciden en que se trató de un doble homicidio simple con dolo eventual. Es decir, el joven sabía el riesgo potencial que tenía tanto para él como para terceros conducir a esa velocidad. Fue contundente para llegar a esa decisión las declaraciones de los jóvenes que viajaban junto a Meloni en el Cruze negro, quienes explicaron al fiscal que le habían advertido en reiteradas ocasiones de lo peligroso que era ir tan rápido.

Pero la otra cara de las tragedias al volante se da cuando el tiempo pasa y la realidad deja salir a flote historias paralelas de las víctimas. Por caso, Primer Plano Online se contactó con Daniel, hijo de Osvaldo y hermano de Eduardo, quien expresó el pedido que la familia está haciendo por estas horas y contó cómo su entorno se desmembró en apenas dos años.
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“Hace dos años perdí a mi hermana, que tenía 37 años, por una enfermedad respiratoria. Con la muerte de un ser querido una parte de uno también se muere. Pero es diferente cuando la mente va elaborando la posibilidad de que alguien no esté más a que te llamen a las 7 de la mañana de un domingo para que la tragedia se instale para siempre en tu vida”, describió Copa.
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Ahora, el pedido que la familia está haciendo es el de cámaras de seguridad que hayan capturado el momento en que su papá y su hermano fueron embestidos. Pero el motivo es, además de contribuir con el esclarecimiento en sede judicial, que su mamá pueda cobrar el seguro de vida que tenía su hermano a nombre de ella. Eduardo era chofer de la Línea A del subte y la empresa Metrovías mandó mal la documentación a la aseguradora, por lo cual el trámite está trabado.
Daniel está desempleado, su mamá tiene un ingreso mínimo y necesitan de ese dinero para intentar seguir adelante con la vida familiar, que se redujo a la mitad de sus integrantes. De papá, mamá y cuatro hermanos ahora sólo quedan la madre y dos de sus hijos. “Estamos tratando de pedir ayuda para que la causa se acelere, que pueda hacerse el juicio cuanto antes y terminar con esta pesadilla de una vez, sin molestar a nadie, pero a disposición de recabar el material que nos pueda servir de prueba”, sintetizó Daniel.