Un joven de 20 años fue asesinado de una puñalada justo cuando se retiraba de una fiesta particular en una vivienda de la calle Arrecifes al 900, a media cuadra de Arias, en Castelar.
Lo curioso del hecho es que ocurrió el 22 de noviembre pasado pero el muchacho falleció el sábado pasado. Incluso luego de su deceso, ni la mamá ni algún familiar de la víctima radicó la denuncia respectiva. Tampoco lo reportó ninguno de los dos hospitales en los que estuvo internado.
Fuentes policiales y judiciales confirmaron a Primer Plano Online que Matías Víctor Moralez había concurrido con un amigo a la finca en el domicilio señalado con un amigo. El chico vivía con su mamá en Merlo, sobre la calle Einstein al 4.600.
Al retirarse de la celebración, en una aparente pelea con varios sujetos mientras estaban en la vereda, la víctima fue herida en el estómago con un arma blanca. Su amigo lo trasladó a bordo de una Meriva al hospital Eva Perón, de Merlo, desde donde fue derivado ese mismo día al Héroes de Malvinas, del mismo distrito.
“Su madre no radicó la denuncia y tampoco existe constancia de intervención en ninguno de los hospitales. Tanto la Policía como la justicia están actuando de oficio”, explicó un investigador a este medio. La causa recayó en la UFI Nº 7 de Morón, que estaba de turno el día en que se comunicó el fallecimiento de Moralez, pero seguramente terminará en la dependencia que debió intervenir el día del ataque.
Según el testimonio de testigos y la revisión de filmaciones tomadas por cámara de seguridad, habría un identificado como autor de la puñalada luego mortal, que hasta el momento no fue detenido.