El parte médico brindado hace instantes por las autoridades del Hospital Posadas es alentador. Allí permanecen internadas Mónica Lloret y Camila, su hija, ambas baleadas por el asesino serial Diego Loscalzo en la masacre de Hurlingham sucedida el domingo por la noche.
En el caso de Mónica, la mujer embarazada que tenía fecha de cesárea justamente para dar a luz a su hijo Mateo ayer, se encuentra “lúcida y hemodinámicamente compensada”. “Su pronóstico es alentador pero con las reservas del caso”, detalló Jorge Palmieri, uno de los directores médicos del centro de salud.
Su hija Camila está “en buen estado general, no tuvo compromiso de estructuras vasculares y permanece internada en la sala de pediatría”. Lo más importante es que pese a los tres disparos que recibió (dos no le significaron compromiso y la tercera bala está alojada en el muslo) está fuera de peligro. De todos modos, los médicos no tienen previsto darle el alta por el momento.
La mamá sufrió tres heridas de arma de fuego. Una fue en el tórax, por lo que tiene colocado un tubo de drenaje pleural; la herida del abdomen fue la más complicada, dado que ingresó por la parte inferior, atravesó el útero y por consiguiente al bebé, por eso en la cesárea se encontró el feto muerto, y tuvo orificio de salida en la parte posterior; la última bala herida obligó a realizarle disección de intestino, por eso las reservas del caso.
“La señora está lúcida desde ayer a la tarde. Se le quitó el respirador y la analgesia, y se le informó sobre la pérdida de su bebé pero no de la muerte de su esposo. Hoy el servicio de psicología está trabajando con la paciente”, concluyó el director médico del nosocomio.
