Familiares, amigos, vecinos y compañeros de trabajo de Federico Rivero, el chofer de La Perlita asesinado el martes pasado en el intento de robo de su camioneta, marcharán esta tarde, a partir de las 16, desde la intersección de Sucre y Esquiú del barrio La Blanquita, donde lo mataron, hasta la comisaría de Libertad.
El objetivo de la movilización es reclamar que la justicia y la Policía “encuentre a los asesinos” y que haya “más seguridad para el barrio”. Así lo explicó Andrea Caballero, la viuda del conductor que murió tras recibir un disparo mientras esperaba a su esposa en la puerta de un almacén, a la vuelta de su casa.
Como informó este medio, el martes por la tarde, cuando regresaba a su vivienda con su esposo, él paró la Renault Steepway y ella bajó en un almacén a comprar una gaseosa. «En eso veo a dos (personas) en la ventanilla del lado de mi esposo, digo lo estarán saludando y oigo que él cambia el tono de voz y dice ‘a vos qué te voy a dar’, ahí siento el tiro y el grito de él», relató Andrea.

En ese momento, la mujer vio que su marido estaba caído para el costado con medio cuerpo colgando del rodado porque los delincuentes «lo querían sacar a toda costa y llevarse la camioneta a toda costa». En una rápida maniobra ella llegó a apoderarse de las llaves de la camioneta porque pensaba que sería la única manera en la que luego podría llevar a su marido al hospital, aunque los delincuentes no se dieron cuenta y la buscaron en el interior del vehículo.
Como no la encontraron, finalmente ambos escaparon a pie con los teléfonos celulares de la pareja y algo de dinero -unos 500 pesos- que había en una riñonera de Rivero. Tras ello, y junto con su hijo que maneja, la mujer llevó al herido hasta el hospital Eva Perón. «Me senté atrás con él, iba consciente y decía ‘por qué dios mío, mamá, mami», recordó Andrea.
Una vez en el centro asistencial, Rivero sufrió tres paros cardíacos y murió, ya que la bala que la dispararon le ingresó por la axila y le afectó el corazón. Según narró la propia viuda, hasta el momento la investigación no arrojó resultados y los asesinos no fueron detenidos. A Federico pudieron velarlo durante apenas un rato el miércoles por la tarde, y la familia no encuentra consuelo.