La grieta, una vez más. Dos miradas bien distintas de la marcha del sábado de dirigentes que se respetan y hasta se tienen estima en lo personal, pero que a la hora del análisis político están en veredas antagónicas. Por un lado, la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, definida por el intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, como “la única dirigente de Cambiemos que entiende el conurbano”. Por el otro el mandamás de ese distrito, elogiado en cuanto a gestión por la jefa de Estado provincial “por su enorme compromiso con las escuelas”. Pero con opiniones bien distantes de lo que ocurrió hace 48 horas.
“La marcha fue un llamado de atención a algunos sectores de la oposición que habían sido de mucha agresión y conflicto en las últimas semanas», señaló Vidal durante una entrevista con el canal América TV. “Fue una marcha espontánea de argentinos que necesitaban demostrar que estaban. Fue una marcha muy conmovedora. Hay una argentina silenciosa, que nunca sale a marchar”, agregó. «Viví la marcha como una caricia al alma, como una palmada en el hombro. Me emocionó ver que esta gente en multitud sale a la calle a defender estos valores. Somos mayoría los que defendemos esto», concluyó.
La respuesta del intendente de Hurlingham apuntó a otras cuestiones, pero ligadas a la manifestación. «El Gobierno lo que tiene que hacer es gestionar, porque vemos que hay claros problemas económicos», apuntó Zabaleta. Y luego reflexionó a propósito del mensaje que intentaron brindar quienes se subieron a la convocatoria luego de haberse realizado con un fuerte reproche a la lectura del macrismo sobre las movilizaciones opositoras. «No puede ser que las marchas a favor están bien, pero cuando son críticas se pone en riesgo la democracia», finalizó.