Pasaron dos semanas de un juicio que marcará un antes y un después en la evaluación jurídica de las irresponsabilidades al volante. Nicolás Hermosilla, el joven de 18 años que atropelló y mató al bebé Máximo Escalada cuando jugaba a la pelota en la puerta de su casa junto a su hermana, ya cumple la condena por homicidio simple que le impuso el Tribunal Oral Criminal 2.
Durante nueve años permanecerá tras las rejas por su conducta negligente al volante, al conducir borracho, drogado, sin registro y a velocidades fuera de control por las calles de un barrio, y luego de desoír múltiples advertencias de sus vecinos. Los papás de la víctima fatal, Mara Maidana y Roberto Escalada, lucharon por la memoria de su hijo contra los obstáculos que se les presentaron a lo largo de la investigación y pudieron dar a conocer todo lo que pasó aquella fatídica tarde.
“Fue todo muy triste lo que pasó en el juicio porque tuvimos que revivir todo. Pero por lo menos obtuvimos algo; hay miles de casos que salen de tribunales con las manos vacías. Este asesino nos destruyó la vida; nunca más volverá a ser lo mismo”, se sinceró Mara durante una entrevista con Adrián Noriega en la emisión semanal del programa periodístico Primer Plano.
“Nuestro hijo no va a volver más. Estamos tratando de seguir con la vida que nos quedó”, indicó Beto, el papá de Máximo, quien recordó el momento en que Hermosilla quedó detenido: “se bajó del auto y se fue corriendo, no le interesó la vida de mi hijo. Incluso un policía contó que en el calabozo se reía de lo que había hecho, y hablaba con su amigo diciendo que como eran menores iban a entrar y salir”.









