Operaron finalmente a Camila Salice, la joven vecina de Castelar víctima de dos siniestros viales en la autopista Panamericana. La intervención de reconstrucción de la pierna fue “exitosa”, según le precisaron los médicos a su familia. Ahora continúa con una larga etapa de recuperación y rehabilitación.
En este trayecto surgen también algunas complicaciones, como fiebre y por momentos algo de desorientación, producto de la medicación que recibe. Pero ante un cuadro que tuvo serio riesgo de vida, nada que una guerrera como Camila no pueda enfrentar.
“Se está recuperando bien de la tremenda cirugía que tuvo en la pierna. Pero no es sólo lo traumatológico: hay una parte, que es la emocional y psicológica, que es lo que está empezando a aflorar ahora que ya está cada vez mejor y con más fuerzas. Es algo muy duro, porque ella todavía no se vio la cara”, contó a Primer Plano Online Romina, su hermana.
Como contó este medio, Camila quedó en coma tras el doble choque que padeció en el amanecer del domingo 29 de septiembre pasado. Fue internada en el Hospital Municipal Melchor Posse, de San Isidro. Las lesiones que padeció fueron gravísimas y la tuvieron por varios días al borde de la muerte, incluso con asistencia de un respirador mecánico. En la pierna sufrió fractura de tibia, peroné y fémur, y en la cara tienen que reconstituirle la parte izquierda.
La vuelta a casa que terminó con dos choques en la Panamericana
Camila Salice regresaba a su casa de Castelar sur tras haber ido a bailar al boliche Tropitango. Manejaba el Fiat Siena de su propiedad y la acompañaban dos amigos. Circulaba por el carril lento de la Panamericana, a la altura del kilómetro 18,5 rumbo a la General Paz. Eran las 6.30 de aquella mañana cuando un muchacho de 20 años, que manejaba un Toyota Corolla a 150 kilómetros por hora la embistió de atrás.
Mientras la chica ayudaba a retirar a uno de sus acompañantes, que quedó trabado en la parte trasera del auto, un Peugeot 207 que también estaba excedido en velocidad quiso frenar y una Ford Ranger lo arrolló. El auto fue de lleno contra la víctima y la aplastó contra su vehículo. Ese fue el comienzo de la batalla por su salud, que incluyo una campaña para juntar fondos.
“Tiene algunos días más lúcidos en los que podemos ir contándole algo que fue pasando y por ahí tiene recuerdos y otros días que no, algo que nos explicaron que es lógico después de haber estado recibiendo morfina como analgésico. Nosotros como familia sabemos que tenemos muchas cosas por delante, como montar una mini clínica en casa para asistirla”, agregó Romina.
Claro: su hermana requerirá de cama ortopédica, muletas, silla de ruedas, inodoro móvil, algo para lo que su familia ya se fue moviendo y consiguiendo. También necesitará enfermera, medicamentos y tratamientos de rehabilitación. Y su entorno deberá capacitarse en cómo contenerla frente a los dolores que aparezcan y sus estados emocionales, que fluctuarán con el correr de los días.
Camila ahora deberá enfrentar otra cirugía, sin fecha aún, para reconstituir el pómulo, que tiene fracturado, y parte de la órbita. Todo está a la vista, es el rostro, con lo cual es algo no sólo sanitario sino también estético. “Ella no se vio en el espejo todavía, pero en un momento se tocó la cabeza y se dio cuenta que tenía la mitad de la cabeza rapada”, describió su hermana.
“Y se recontra angustió. Pero bueno, le conté que cuando saliera íbamos juntas a cortarnos el pelo y hasta eligió el corte que quiere hacerse, que es el de Demi Moore (la reconocida actriz norteamericana). Así la vamos llevando”, completó Romina.
