Juan Ignacio (su apellido no será publicado para proteger su identidad) es vecino de Ituzaingó y fue protagonista involuntario de una violenta secuencia delictiva el sábado por la noche, que comenzó en Castelar, siguió en Mercedes y concluyó en Moreno. Si bien el joven resultó ileso, en el camino sufrió una privación ilegal de la libertad, el robo de pertenencias en oficinas de la familia y fue dejado a su merced en una zona descampada, desde donde alcanzó a pedir ayuda.
En medio de un fuerte hermetismo en torno al caso, Primer Plano Online logró reconstruir con fuentes de la investigación que todo se inició sobre la calle Los Indios, entre Villanueva y Curutchet, del lado norte de la mencionada localidad del partido de Morón. Allí la víctima transitaba con su camioneta cuando de un vehículo Audi color crema bajaron tres individuos armados (otro se quedó al volante), lo corrieron del asiento del conductor y se lo llevaron en ambos rodados.
Siempre según la información de fuentes policiales y judiciales, al joven los malvivientes le exigían que los lleve a su casa, pero el muchacho les indicó que vivía lejos. Entonces encararon el camino de alrededor de 80 kilómetros hasta Mercedes, donde la familia del secuestrado tiene oficinas. El tema es la su familia empezó a preocuparse, porque tendría que haber llegado hacía rato a la casa de su abuela, en Ramos Mejía, y nunca lo hizo.
Lo primero que hicieron sus allegados, al notar que no respondía el celular ni siquiera leía los mensajes, fue hablar al 911 para solicitar una búsqueda de paradero. Brindaron sus datos, el vehículo en el que circulaba y la Policía inició la búsqueda. Mientras, la banda llegó hasta el lugar indicado por la víctima y vaciaron el lugar, a donde encontraron dinero en efectivo, entre otras cosas.
Después de dar vuelta por completo el inmueble, los delincuentes se fueron del lugar, siempre con el joven privado de su libertad. Llegaron hasta las cercanías del country San Diego, en Moreno, y liberaron al muchacho. En rigor, lo hicieron bajar del auto y le indicaron que camine en dirección contraria a la que la banda seguiría su huida. Durante casi cinco horas nadie supo qué pasaba con Juan Ignacio.
Finalmente, el joven liberado pudo contactarse con la familia y avisar que estaba sano y salvo para que vayan a buscarlo. Además, avisó a la Policía. Desde la madrugada del domingo, como el delito inicial -que es la privación ilegal de la libertad- comenzó en Morón, la UFI Nº 6 de ese Departamento Judicial inició la investigación del hecho, con la revisión de cámaras de seguridad, entre otras cosas, para intentar determinar quiénes fueron los autores.