Sebastián Chaca tenía 28 años y estaba recién casado. Como todas las mañanas se dirigía en bicicleta a trabajar a la empresa Yacuzzi en San Justo pero aquella mañana fue todo diferente. Era 20 de mayo de 2020, regían las fuertes restricciones por la pandemia y había un caudal de gente mucho menor que el actual circulando por las calles. Entre otras cosas no había clases presenciales, por sólo recordar alguna.
Minutos antes de las 8 Sebastián circulaba por la intersección de Montañeses y Pasteur, en San Justo, cuando dos sujetos en moto se le interpusieron en el camino. Lo amenazaron con un arma para que entregue sus pertenencias y, ante la resistencia de la víctima, lo fusilaron con un disparo a corta distancia. Luego huyeron sin llevarse nada material: cargaban para siempre en sus conciencias el crimen de un trabajador.
Pocos días después del sangriento hecho, y tras el relato de circunstanciales testigos y la revisión de cámaras de seguridad, que captaron la fuga de una moto muy poco común como la Honda modelo XRE300 Rally de color blanco y rojo en la que se trasladaban los delincuentes, dos sujetos fueron detenidos. Se trata de Agustín Ezequiel Gómez y de Santiago Nahuel Rojas, a quienes le incautaron el rodado y vestimentas similares a las usadas en el momento de cometer el asesinato.
Tres años después del crimen llegó el momento de la verdad en juicio y de las condenas. Con una figura clave detrás de la búsqueda de justicia: la de Eliana Nahir Fanti, viuda de Chaca y con quien se había casado días antes del intento de asalto mortal. Junto a su abogado Hernán Bolinaga, la mujer siguió cada instancia de la investigación y no descansó hasta escuchar el veredicto.
En el medio tuvo que tomar fuerzas para evitar quebrarse en llanto cuando, invitado a pronunciar sus palabras finales, el acusado Rojas expresó: “pido disculpas, como ya lo dije, a toda la familia, y me arrepiento mucho de todo lo que paso”. Tanto él como su compañero de andanzas delictivas confesaron ser los autores del crimen que destrozó una familia.
Así, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 3 del Departamento Judicial La Matanza, integrado por los jueces Matías Mariano Deane, Raúl Femando Elhart y Gerardo Clemente Gayol, condenó a los confesos asesinos de Chaca a las penas de quince años de prisión para Nahuel Rojas y de catorce años y once meses de prisión para Agustín Gómez, que en realidad deberá purgar una sentencia total de diecinueve años y tres meses de cárcel por un delito previo, que era una tentativa de homicidio agravado por el empleo de arma de fuego por la que estaba siendo juzgado.
Si bien en la génesis y en la presentación de los hechos ante el tribunal el fiscal del juicio, Carlos Luppino, presentó la causa como constitutiva de los delitos de homicidio criminis causae agravado por el uso de arma de fuego y robo agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa, que contemplaba una pena en expectativa de perpetua, para los jueces en rigor se trató de un homicidio en ocasión de robo, que tiene una pena considerablemente menor.