Todo comenzó con un llamado al número fijo. Atendió la víctima, una vecina de 83 años domiciliada en la calle Crisólogo Larralde, casi esquina Avellaneda, en Castelar Norte. Del otro lado del teléfono, una voz masculina, que se hizo pasar por su propio hijo. “Atropellé a una embaraza. Estoy desesperado. Necesito plata urgente para cubrir los gastos”, decía.
Una cosa recuerda esa mujer: le dijeron que tenían que llevar a la chica a la clínica Arcos, de Merlo, que en rigor no existe. Eso despertó en su familia la primera sospecha, pero ya era tarde. Es que pocos minutos después de la comunicación, un sujeto en moto se presentó en la casa y la víctima del engaño entregó un poco de dinero.
Quince minutos después, otra vez el estafador se volvió presentar en la finca, y la abuela entregó otro poco más de plata envuelta en una pequeña bolsa colorada. Era todo lo que tenía, y lo dio con la convicción de que estaba haciendo lo correcto para ayudar a su hijo.

Hay una cuestión neurálgica en el engaño: la mujer, que vive sola, está permanentemente acompañada por una persona que la cuida y la ayuda en las tareas domésticas. Este domingo, día en que pasó el hecho, esa trabajadora tenía franco y no asistió. Además, en la vivienda hay cámaras de seguridad que registraron los movimientos. Para no exponerla en demasía, la familia prefirió no hacer públicas las imágenes.
Pero lo que más impotencia sembró en los allegados a la víctima fue lo que pasó después del engaño. Según relató Patricia, la nuera de la estafada, a Primer Plano Online, ella misma en persona se comunicó con la comisaría 7ª de Castelar Norte para que le facilitaran un correo electrónico o un número de celular para hacer llegar la filmación así podían investigar el caso.
“Me respondieron que no me lo podían dar porque primero había que hacer una denuncia penal. Mi contestación fue: ‘gracias por no ocuparse de agarrar delincuentes y alertar a los vecinos’. No puedo ir con una persona de 83 años en medio de una pandemia a hacer una denuncia. La dejé hablando sola y corté”, detalló.
Siempre según el relato de Patricia, en las grabaciones se observa que la moto primero pasa rápido por el frente de la vivienda, ella calcula que unos metros adelante, y ese movimiento coincide con la llamada en donde le piden el dinero dramatizando la situación y el supuesto accidente. “La verdad de dónde vino la llamada no lo sé, ni tampoco de quién. “Ella estaba adentro de su casa, así que tampoco tuvo la oportunidad de verla afuera”, cerró la nueva de la abuela. Es una gran incógnita para la familia saber si todo fue planeado o al voleo.