“Recibí una herida de bala de la que no sé bien el trayecto. Estuve tres días dormido y ya cuando me desperté fui mejorando”. Esteban Gavilán habla por primera vez luego de volver a vivir y devolverle la respiración a su familia.
Le acaban de dar el alta del hospital Eva Perón, de Merlo, donde estuvo internado, y atiende vía telefónica a Primer Plano Online. Cuenta que le costaba mucho respirar, aún en terapia intensiva, y que la recomendación de los médicos cuando lo mandaron a casa es apuntalar la recuperación con ejercicios para fortalecer los pulmones.
Pero hay una imagen que no logra sacarse, y es lo que pasó hace dos lunes, más concretamente el 16 de noviembre, cuando caminaba por la calle Spilimbergo, a la altura de Cuyo, luego de acompañar a dos amigas a la casa. Y tiene toda la claridad conceptual para narrarlo. “Dame todo”, es lo que le alcanzó a decir uno de los motochorros que lo atacó.
AUDIO: EL TESTIMONIO DE ESTEBAN GAVILÁN
Típica acción que se observa por estas horas: dos malvivientes en moto, el de atrás se baja y el conductor se queda en el rodado para huir. Pero algo falló. “Después de pedirme todo apuntó al piso y disparó, pero no salió la bala. Entonces me quise defender porque pensé que no tenía balas. Le quise pegar una patada, pero se pudrió: me apuntó y tiró. Se sentó en la moto y se fueron”, recuerda.
Esteban, que cumplió 22 años el pasado 9 de septiembre, no sintió dolor en los primeros minutos tras el balazo ni tampoco vio sangre. Pero al ratito se le empezó a hinchar la herida, le bajó la presión y una vecina a la que se acercó llamó de inmediato a la Policía al verlo tirado en el piso.
Los efectivos policiales no querían tocarlo cuando llegaron, pero al ver que la ambulancia no acudía al lugar aceptaron el pedido de Esteban y lo trasladaron al nosocomio. El muchacho afirma también que los delincuentes actuaron a cara descubierta, sin barbijo ni ninguna protección, o sea que está en condiciones de reconocerlos.
De todos modos, la prioridad ahora es la salud, y realizar los controles que le indicaron. “Me dijeron que puedo comer lo que quiero, medicamentos únicamente si siento dolor, y que cada vez que me citen vaya”, cuenta, además de reconocer el trato que recibió de parte de todo el equipo que lo asistió.
“¿Algún tipo de precaución a partir de ahora?”, preguntó este medio para cerrar la charla. Su respuesta, contundente: “voy a tratar de estar más atento en la calle y, si me vuelven a robar, no defenderme y entregar todo”.