El 18 de mayo de 1960 la Universidad de Morón abrió sus puertas por primera vez como una de las primeras “casas de altos estudios”, tras la ley 14.557 que permitía la existencia del sistema de universidades privadas, sancionada dos años antes durante la presidencia de Arturo Frondizi. Se instaló donde había vivido un reconocido dirigente radical de principios del siglo XX, sobre la calle Nuestra Señora del Buen Viaje 851 y arrancó con tan solo 50 alumnos que se distribuyeron en las escasas aulas de la sede original de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos, alquilada con los escasos recursos con que contaban.
Gracias a una importante campaña publicitaria en medios locales y hasta volantes que se repartían en las calles y estaciones, la Universidad fue sumando cada vez más estudiantes, que apostaron por las carreras que ahora podían cursar sin tener que viajar hasta la Capital Federal.
Fue dos años después, en 1962, cuando la Institución compró la casa de Cabildo 131, que había sido el domicilio del ingeniero Ernesto C. Boatti: Fue la primera sede propia de la universidad. En 1966, el rector Omar Lima Quintana anticipó el plan de construir el impactante edificio que actualmente se alza por encima de la vieja casona. Fue 18 años después, en 1984, cuando el edificio diseñado por el ingeniero Jorge Ragone finalmente se transformó en una realidad.
Y el crecimiento no se detuvo. En 1992 la UM decidió la adquisición de un predio en el distrito de Moreno para construir allí un complejo deportivo. Y la expansión siguió: en 1999 se inauguró la sede de la Facultad de Medicina sita en el Hospital Interzonal General de Agudos ‘Prof. Dr. Luis Güemes’ y, meses más tarde, se pusieron en marcha las obras de ampliación del Edificio Central, que aumentaron su superficie a 5000 metros cuadrados.
En marzo de 2019 la institución líder de la zona oeste puso en funcionamiento su nuevo edificio sobre la calle Lima 221 en pleno centro porteño: un espacio de 4000 metros cuadrados, con subsuelo, seis pisos y azotea. Instituida como sede central de la casa de altos estudios, esta estructura complementa la tarea académica del histórico edificio de Cabildo 134 en Morón, sumando a la estructura preexistente de más de 2500 metros cuadrados otros 1200 metros que terminan por consolidarla una pieza arquitectónica de vanguardia.
Hoy, con un largo camino recorrido y muchos sueños por cumplir, el rector de la Universidad de Morón, Héctor Norberto Porto Lemma reflexiona sobre el tiempo transcurrido, los logros alcanzados y los proyectos por venir. “Nacimos en Morón; crecimos en Morón y luego en la región y así nos hicimos grandes y reconocidos en nuestra Patria”, sintetiza. “Fuimos la primera y más numerosa de las universidades de lo que luego se llamó Conurbano, donde muchísimos hijos de humildes obreros, laburantes, pequeños comerciantes y profesionales de toda la zona oeste pudieron pasar por nuestras aulas y graduarse en esta Universidad”, cuenta con orgullo.

Porto Lemma es rector de la entidad académica desde 2005, pero antes de llegar a esa responsabilidad tuvo un extenso recorrido dentro de la estructura académica: fue alumno y se recibió allí de abogado y escribano; ejerció como profesor de Historia Argentina, Introducción al Derecho, Procesal Civil y Prácticas de Procesal Civil; fue pro secretario; secretario; director de Estudio; director de Carrera; representante de los profesores en el Consejo Superior y decano de Derecho.
Hoy, con una vida transcurrida entre las paredes de su querida UM, el rector asegura que “somos una de las más reconocidas universidades privadas del país, y tenemos miles y miles de graduados no sólo en Argentina sino en el mundo. Muchos triunfaron en el ejercicio de su profesión y muchos otros nos quedamos en ‘Nuestra Casa’ abrazando la noble tarea de transmitir conocimiento”.
En charla con Primer Plano Online Porto Lemma reflexiona sobre el peor momento que le tocó vivir a la Universidad: “Sin dudas fue la pandemia; una guerra en la que venís perdiendo sin saber quién es tu enemigo. No fue fácil, pero logramos que el servicio educativo no se interrumpiera y todos debimos aprender a aggiornarnos para la seguir enseñando a través de plataformas que hoy son la herramienta que nos distingue”.

A la hora de levantar su copa por este nuevo aniversario, el rector es todo gratitud: “Gracias docentes, estudiantes, graduados y colaboradores”, expresa con profunda emoción. Y su brindis evoca a los que en este tiempo nunca perdieron las ganas de seguir creciendo y cumpliendo sueños. “Siempre me sentí respaldado con equipos que tienen ganas y compromiso para seguir construyendo la Universidad de Morón que todos queremos para el futuro”.