Fernando Freite tenía 22 años, estudiaba profesorado de Música y vivía en Castelar junto a su familia. Sueños, proyectos y toda una vida por delante quedaron frustrados en tan sólo un segundo debajo de una formación del tren Sarmiento el miércoles pasado, apenas después del mediodía.
Desde entonces, su familia intenta reconstruir lo sucedido. Primero debió esperar las pericias de rigor de la justicia para acceder al cuerpo. Ayer lograron finalmente velarlo y hoy sábado, a media mañana, le darán sepultura en el Cementerio de Morón. Pero una gran incógnita embarga a sus allegados: qué pasó con el muchacho en la barrera de Juncal, en Ituzaingó.
Distintas publicaciones en redes sociales aseguran que Fernando murió como un héroe. Que intentó ayudar a un hombre cuya silla de ruedas se trabó al intentar cruzar las vías, logró salvarlo y luego el tren lo embistió. Y que eso lo mató al instante, mientras que al hombre al que auxilió no tuvo problemas.
Para argumentar esos dichos, citan un tuit de la cuenta @SomosConurbano que fue borrado, aunque quedó una captura de pantalla, que la hermana de Fernando compartió en sus redes sociales. Asimismo, Daniela Freite habló con Primer Plano Online vía telefónica y pidió que “si alguien vio algo y nos puede ayudar a reconstruir qué pasó que se ponga en contacto conmigo”. “Tenemos mucha angustia, creemos que no nos están diciendo la verdad y necesitamos saber todo”, indicó la chica.
Este medio también consultó a fuentes policiales, judiciales y de la empresa Trenes Argentinos, que explicaron lo sucedido. “Es verdad que un hombre iba en silla de ruedas y quedó trabado en las vías. El joven lo ayudó a salir y no pasó nada. A continuación, el muchacho se quedó hablando por celular en el laberinto, distraído, comenzó a cruzar las vías y fue arrollado por el tren. No se dio cuenta que estaba la barrera baja”, informaron oficialmente desde la firma que administra el Sarmiento.
La muerte de Fernando visualiza en él sus valores como persona. Murió ayudando al prójimo, reflejando lo que fue como persona y lo que su entorno sembró en él. Nada calmará el dolor de su familia, ni siquiera el consuelo de haber vivido con un héroe anónimo.
