¿Para qué buscar afuera si la solución está en casa? A esa pregunta, que suele hacerse en relación a futbolistas que llegan a las instituciones y no son mejores que los que están pero impiden en desarrollo, por ejemplo, de un juvenil que es patrimonio del club, también se la vincula con los entrenadores. Sobre todo en el ascenso, donde los representantes meten sus tentáculos y arman combos de jugadores y técnicos que luego dejan el tendal económico como herencia.
Quizá el ejemplo por excelencia es el de Brown de Adrogué, club dirigido por Pablo Vicó desde hace más de una década, siempre con resultados admirables más allá del mal momento actual. Una entidad aspiracional, con bases de presupuesto de las que no se corre y que invierte dinero en jugadores si es que dispone. Si no, el técnico se arregla con lo que tiene para armar planteles competitivos.
Deportivo Morón viene de una experiencia positiva con Lucas Bovaglio en la temporada pasada, que lo depositó en el Reducido. Pero para este torneo las elecciones de la Secretaría Técnica salieron mal: primero con Alejandro Orfila, cuya propuesta jamás convenció, y luego con Walter Coyette, que duró lo que un suspiro cuando quiso echar al goleador histórico Damián Akerman. Recién ahí la directiva puso la mirada en Alejandro Migliardi, otro ídolo del ‘Gallo’, que fue quien aportó las soluciones que ese tiempo requería.
‘Chiche’, en dupla con Joaquín Iturrería, dirigió hasta ahora un total de 14 partidos: Chaco For Ever (interino, tras la salida de Orfila), Deportivo Riestra, Belgrano, Villa Dálmine, Almirante Brown, Gimnasia de Jujuy, Flandria, Temperley, Deportivo Madryn, Estudiantes de Río Cuarto, Alvarado, Almagro, Nueva Chicago y Deportivo Maipú.
De ese universo, la dupla ganó cinco de los encuentros, empató siete y perdió sólo dos: uno en el interinato en Chaco y el otro frente al puntero y encaminado al ascenso, Belgrano. Y el equipo siempre dio la talla. En el resto del torneo, Orfila estuvo al frente 11 partidos, de los cuales ganó dos, empató 6 y perdió 3, mientras que Coyette dirigió 5 (uno por Copa Argentina), y ganó 1, perdió 2 y empató 2.
Migliardi e Iturrería tienen un porcentaje de puntos en juego del 52,5 por ciento. Sobre 42 puntos posibles que disputaron, consiguieron 22. Hace tres semanas, luego de cinco empates en fila, miraba de reojo la amenaza del descenso. Hoy está en puestos de Copa Argentina y en la discusión por el ingreso al Reducido por el segundo ascenso. Si se suman las tres victorias que le permitieron salvar la categoría a finales de la temporada 2018-2019, cuando derrotó a Olimpo, a Rafaela en Santa Fe y a Los Andes en el Urbano, el porcentaje se va al 61% de los puntos ganados sobre los disputados.
De los otros cuerpos técnicos en la temporada en curso, Orfila sobre 33 puntos posibles obtuvo el 36%, mientras que Coyette (actual DT de Quilmes, rival de mañana para al ‘Gallo’) sobre 15 puntos posibles consiguió 33% por ciento.