Condenaron a prisión perpetua a la mujer que roció con nafta y prendió fuego a Laura Delgadillo (23) y a su pequeño hijo Liam Benjamín Sánchez (3), quien murió poco después del brutal ataque ocurrido sobre la calle Sudamérica al 2100 en la localidad de Rafael Castillo. El nene sufrió quemaduras en el 85 por ciento de su cuerpo.
Para el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 2 de La Matanza, integrado por la jueza Lucila Pacheco y sus pares Arturo Gavier y Diego Burgueño, Liz Magnolia Ortega Castillo (24) fue responsable del delito de homicidio calificado por alevosía del bebé, mientras que también fue culpable del mismo delito pero tentado contra su mamá.
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En el mismo fallo la justicia condenó a 14 años de prisión a Alberto Rodolfo Gerasimchuk (23), pareja de Ortega Castillo, a quien consideraron como partícipe necesario de la tentativa de homicidio contra Delgadillo, aunque lo exceptuaron de la pena en relación a la criatura. Es decir, no pudieron probar en el debate que sabía que el nene estaba ahí al momento del ataque.
A lo largo del juicio, el fiscal Sergio Antín había podido probar que la autora del brutal episodio había actuado con premeditación por diversos conflictos que tuvieron pese a haber sido amigas desde la infancia. De hecho, Delgadillo vivía al momento del hecho en la casa de Ortega Catillo, de donde había sido echada días antes porque quien era su marido había robado cosas del lugar.
Ella quedó sola con sus tres hijos y Liz también decidió echarla. A los días Laura inició una suerte de relación con Agustín Sayago, quien había sido pareja de Ortega Castillo y con quien tiene una hija en común. Entonces, la agresora enfureció. “Día por medio, cada vez que la cruzada en la calle, le pegaba, la insultaba y la agredía”, se expuso a lo largo del debate. Incluso la víctima narró que la había amenazado tirándole petardos en la puerta de su casa.
AUDIO: EL TESTIMONIO DE LAURA DELGADILLO SOBRE EL BRUTAL ATAQUE SUFRIDO
Es en ese contexto que se habló de la participación de Sayago en el hecho, al menos como responsable del posible delito de abandono de persona, porque en el mismo momento en que estaban rociando con nafta a Laura él tomó su moto y se alejó del lugar sin intervenir. En esa escena dantesca, Laura tenía consigo a su pequeño hijo, que murió a las pocas horas de haber sido prendido fuego.
“Pensé que era un bolso, no su hijo”, se intentó defender en el debate Ortega Castillo, presa desde pocas horas luego del hecho. Sin embargo, la justicia no creyó en su versión y deberá cumplir varios años más tras las rejas. En cuanto a Gerasimchuk, su participación en el hecho quedó acreditada por filmaciones que registraron la presencia de su rodado en el lugar, y fue quien le proveyó a la asesina el bidón con el cual roció a las víctimas.
“No era necesario matar a mi hijo. Es imperdonable lo que hicieron”, aseguró Delgadillo ante la consulta de Primer Plano Online. La mujer esperaba el máximo rigor de la ley para la asesina de su pequeño hijo, que ahora en su criterio “descansa en paz”.
