Una oficial perteneciente a la Policía Federal Argentina fue echada de sus funciones luego de que la justicia de La Matanza detectara que su novio salía a robar por las noches con su arma reglamentaria.
Todo se descubrió luego de que un remisero alertara a un móvil del Comando de Patrullas de ese distrito que cuatro sujetos caminando lo intentaran asaltar a punta de pistola. Ese aviso fue sobre la calle Azul, entre Quevedo Villegas y Zinny de la localidad de González Catán. Según el testimonio de la víctima, alcanzó a escapar con una rápida maniobra al volante.
En paralelo, al sistema 911 ingresó el alerta sobre el asalto que sufrió una pareja que transitaba la esquina de Atalco y Senguel, también a manos de cuatro malvivientes de los cuales el que exhibió el arma vestía ropa deportiva negra y estaba encapuchado. Esos fueron los elementos que tenían los uniformados que realizaban tareas preventivas en la zona.
Así, en la intersección de Atalco y Llerena, los policías observaron caminar a un grupo de cuatro jóvenes con características similares a las descriptas tanto por la pareja como por el remisero. Fue entonces que, al notar la presencia del patrullero, los sospechosos dieron la vuelta y empezaron a caminar en dirección contraria pero con diferentes rumbos, es decir, a dispersarse.
La detención de uno de los sospechosos con el arma de su novia
Así, los efectivos solicitaron refuerzos y comenzaron el seguimiento de los sujetos, de los cuales uno sacó un arma de su cintura. Vestía pantalón verde y un chaleco camuflado marrón, y fue al que siguieron los agentes de la Bonaerense. Lo corrieron por casi una cuadra corriendo y el sospechoso, para intentar escapar, disparó contra el oficial que lo seguía.

El policía también disparó para repeler la agresión, y alcanzó a herir en la zona intercostal al atacante. Al caer herido fue reducido y esposado. Al revisarlo, los agentes descubrieron que el malviviente tenía en su poder un arma de fuego Bersa Thunder, con la leyenda Policía Federal Argentina en su corredera, y del bolsillo derecho le incautaron un celular.
El detenido fue identificado como Hugo Gabriel Brítez Flecha (27), de nacionalidad paraguaya, con domicilio en La Matanza. El baleado fue trasladado en ambulancia con custodia al hospital Balestrini, donde ingresó lúcido. A las pocas horas fue dado de alta porque las lesiones que sufrió fueron superficiales, aunque ahí comenzó lo más inquietante de esta historia.
¿A quién pertenecía el arma incautada en manos del sospechoso detenido?
El fiscal Federico Medone, de la Fiscalía Descentralizada Nº 3 de Laferrere, dispuso labrar actuaciones por los delitos de resistencia a la autoridad, portación ilegal de arma de guerra y robo calificado por el uso de arma de fuego y por haber sido cometido en poblado y en banda, con lo cual Brítez Flecha quedó detenido.
Lo que no le cerraba al funcionario judicial era la pistola oficial que tenía en su poder para cometer los ilícitos, porque no había registros de pedido de secuestro pese a pertenecer a una fuerza de seguridad nacional. Entonces, lo que ordenó fue escudriñar en el entorno cercano al detenido, y descubrió que era pareja de una mujer que es oficial de la Policía Federal.
Lo que no está claro es si el ladrón le quitaba el arma de noche y se iba a robar sin que ella supiera o si la agente se la entregaba para que salga a hacer de las suyas. “No hay manera de probar cómo él obtenía la pistola reglamentaria, pero sí está claro que el deber de guarda sobre el revólver al menos ella no lo cumplía”, precisó una fuente de la investigación consultada por Primer Plano Online.
Medone solicitó la desafectación de la oficial inspector Jorgelina Noelia Altamirano (31), mientras continúa reuniendo material probatorio para intentar esclarecer si le cabe alguna imputación por los delitos de su novio, con el que estaba en concubinato desde hacía tres meses, según declaró ante la justicia.
Es más: también reveló desconocer que su pareja salía por las noches, y que esa jornada ella había trabajado 12 horas en continuado y durmió de corrido porque estaba “muy cansada”. A Brítez Flecha, por lo pronto, varios años en prisión le esperan.