Eduardo José Magri (34), gozaba del beneficio de prisión domiciliaria. La medida fue otorgada por la jueza de Ejecución Penal de Quilmes, Julia Márquez, quien dispuso la morigeración del arresto porque el sujeto padece tuberculosis y formaba parte del grupo de riesgo por posible contagio de Covid-19.
La magistrada, que generó una fuerte polémica cuando a principios de mayo cuando se quejó porque en la provincia de Buenos Aires habían sido excarcelados 176 abusadores sexuales por el coronavirus y luego debió retractarse, admitió que no solicitó que le pusieran una tobillera electrónica a Magri para poder monitorearlo porque pensó que «no era necesario». Evidentemente, se equivocó.
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«Se dispuso (su arresto domiciliario) por el peligro de contagio, era un paciente de riesgo porque tenía tuberculosis. Además, le faltaba poco para que venciera la pena, ya que el 25 de noviembre se cumplía», dijo la magistrada al canal América24. El hombre permanecía alojado en la Unidad Carcelaria de Azul y el 20 de abril pasado recibió el beneficio de prisión domiciliaria por parte de la polémica jueza.
Según la descripción de Márquez, Magri “no era una persona peligrosa, estaba enferma, hasta el médico estaba preocupado por su salud». La representante judicial incluso admitió que supuso que el detenido iba a «apegarse a las resoluciones». «Esta persona estuvo más de 6 años presa, sale y no dura ni un mes en la calle», concluyó.
LO QUE HABÍA DICHO LA JUEZ MÁRQUEZ SOBRE LOS ARRESTOS DOMICILIARIOS:
Como indicó Primer Plano Online anoche, Magri tenía antecedentes penales por tentativa de robo del mes de abril del año 2013, robo en tentativa en septiembre del 2011, y por último un robo simple de marzo del 2014. Fue uno de los tres detenidos ayer tras asaltar una casa en Ituzaingó, a la que ingresaron tras romper la puerta a mazazos y amenazaron con armas a una familia para robarles dinero. En su intento de huida se tirotearon con la Policía.
