La crisis pega duro en los clubes de barrio. El combo de suba de tarifas, combinado con familias que dejan de asistir por ya no poder hacer frente al pago de las cuotas y la falta de apoyo del Gobierno nacional es el detonante de un momento en el cual subsistir es el primer desafío que enfrentan.
Gerardo ‘Tano’ Calabria, presidente del club El trébol de Haedo, reveló a Primer Plano Online que acaban de recibir una factura de 477 mil pesos por el consumo de agua, que es prácticamente el mismo del registrado el mes pasado, cuando el total a abonar fue de 61 mil pesos.
“Todavía no llegó la luz y el gas. Si se replica lo mismo estamos muy complicados, se hace muy cuesta arriba”, reflexionó el dirigente barrial. A esto se suma que ya en julio, antes del receso invernal, dejaron de asistir “bastantes chicos” que formaban parte de las distintas disciplinas de la institución.
La cuota social que cobran en El Trébol es de 2500 pesos, y luego aparte cada familia abona la actividad. En total, los valores no superan los 15 mil pesos, y cuando hay dos hermanos, por caso, existe una bonificación por grupo familiar. Así y todo hay gente que no puede pagar y pasa la motosierra casera por cuestiones que hacen a la socialización y al crecimiento en entornos deportivos de chicas y chicos.
La función social de los clubes de barrio
El Trébol cumple una función social que va más allá de los deportes que enseña. Hay escuelas que asisten al club a realizar educación física y la entidad les abre sus puertas sin percibir nada a cambio. “Sólo el Municipio, que hace malabares, pero siempre responde a las instituciones que lo necesitan, es el que nos está dando una mano en este instante”, destacó el presidente del club.
“Nos pidieron desde la Secretaría de Deportes de la Nación que elevemos el pedido para solicitar subsidios de luz y gas, aunque únicamente para las instituciones que tienen entre 100 y 2000 socios. Lo que sí, en cuanto a obras, no hay nada”, agregó Calabria, que también reflexionó sobre el debate presente por estas horas: que los clubes se puedan convertir en Sociedades Anónimas Deportivas.
“Yo le cambiaría la sigla a las SAD y lo definiría así: Sólo Administrar Decentemente. Todos los clubes siempre tienen gente que ayuda, pero hoy hasta los comerciantes la están pasando mal. Eso es lo que hay que cambiar para que sigamos cumpliendo la labor social tan reconocida por generaciones”, completó.
Por ahora, El Trébol no tuvo que achicar actividades ni postergar nada de lo que tenía previsto para este año. Pero no se conoce cuál será el impacto de las futuras facturas de servicios públicos, porque está claro que ese valor no se podrá trasladar a la cuota social. Y, la gran expectativa está puesta ahora en el show de Palito Ortega, que será en octubre próximo, para recaudar fondos por los 90 años del club.