El Tribunal Oral Criminal Nº 4 de Morón condenó a la pena de siete años de prisión a un sujeto que conoció a una joven por redes sociales y concertó un encuentro sexual en la casa de ella, en Castelar, pero al que la víctima se negó una vez que estuvieron cara a cara.
La chica en cuestión, de 18 años, era discapacitada motriz y tenía retraso madurativo. Estaba postrada en su cama y usaba pañales. En ese contexto es que el acusado abusó sexualmente de ella, a quien había ubicado a través de la plataforma Waplog, destinada a conocer gente.
Siempre según lo que se pudo constatar en el expediente, David Ezequiel Garro, domiciliado en Merlo, estableció varios diálogos previos con la joven, siempre a través de esa aplicación. Incluso conservó como prueba los chats en los que había contenido sexual, que ella misma reconoció en su testimonio durante la instrucción del caso.
El encuentro entre ambos se produjo el 1 de enero de 2021. El imputado llegó a la casa de la calle R.I.F., ubicada sobre la calle Teniente Fernández al 3100, de Castelar, y fue la madre de la chica quien le abrió la puerta e hizo subir a la habitación de ella. Era habitual que la vayan a visitar amistades que su mamá no conocía, así que el movimiento no llamó la atención.
Siempre según el relato de la víctima, había invitado a Garro para tener relaciones sexuales, pero ella se arrepintió cuando estaban en su pieza. Incluso después de lo que sucedió el imputado se retiró del lugar y R.I.F. no le contó nada a su mamá hasta que la madre se dio cuenta que tenía desacomodado el pañal y encontró una servilleta con sangre debajo de la cama.
El fallecimiento de la víctima, de su mamá y cómo se defendió el acusado
El juicio que se llevó a cabo tuvo una dificultad principal: el fallecimiento de la víctima y de su mamá, que fue la denunciante. Es decir, las declaraciones de ambas fueron incorporadas según lo que expresaron ambas en la instrucción del caso, que estuvo a cargo de la fiscal Adriana Suárez Corripio, de la UFI Nº 8 de Morón.
Sin embargo, el delito por el que se juzgó a Garro contó con todos los elementos de acusación y defensa. Además, la hermana de R.I.F. y la psicóloga que asistió a la joven tras el ataque sexual dieron su versión de lo que sabían del hecho. “Ella dijo que sí y luego se arrepintió, pero él decidió seguir”, argumentaron.
El acusado, en tanto, mantuvo sus dichos desde el momento en que fue detenido: aseguró que la relación que mantuvo con la víctima fue consentida. Y hasta mostró los mensajes que había intercambiado con ella, en donde había fotos íntimas que le mandó la chica.
Los jueces Carlos Roberto Torti, Rodolfo Castañares y Juan Carlos Uboldi coincidieron, en su fallo, con el fiscal del juicio, Patricio Pagani, quien durante su alegato afirmó que “si ella dijo no, todo lo que venga después es nulo y entra en la fase del abuso y lo acontecido aquella tarde fue un ataque a la libertad sexual de la joven”.
Por eso, en un fallo unánime, que contó con la argumentación del juez Castañares, el tribunal condenó a Garro a la pena de siete años de prisión por los delitos de abuso sexual con acceso carnal. “Sin consentimiento, la actividad sexual, cualquiera sea el modo, es una agresión sexual”, manifestaron los magistrados.
Y un detalle: desde poco después de su detención el condenado está con prisión domiciliaria. Ahora, condenado, no hay motivos para que cambie esa situación, porque además cumplió con las pautas impuestas por el Juzgado de Garantías. Así cumplirá el resto de la pena aplicada.