Ante la enorme repercusión que causó en la opinión pública la información sobre la venta del cuartel central de los Bomberos de La Matanza, ubicado en Ramos Mejía, la comisión directiva de la entidad emitió un detallado informe sobre los motivos de fondo que llevaron a tomar esta determinación.
Según explicaron, la organización atraviesa en la actualidad “una crítica situación económica-financiera, que se agravó sustancialmente con la pandemia del Covid-19, a tal punto que es imposible abonar los sueldos de los empleados administrativos y cuarteleros que son indispensables para el funcionamiento institución”.
Para mayor detalle, precisaron que cada uno de los seis cuarteles en todo La Matanza cuenta con cuatro personas que son empleados que cumplen la función de cuarteleros: atienden los teléfonos, las radios de comunicaciones y gestionan la logística en las emergencias, además de cumplir tareas en cada cuartel. El total de empleados asciende a 43 en la actualidad, entre cuarteleros, personal administrativo, de mantenimiento y limpieza, incluyendo el personal del Campo de Deportes & Entrenamiento ‘Bomberitos’.
Pero eso, en rigor, no es lo que pone en jaque la continuidad institucional. En rigor, la crítica situación incluye una deuda millonaria con Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), de más de 70 millones de pesos; otra deuda millonaria con la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (UTEDyC) y con su obra social Ospedyc, por más de $30 millones de pesos, entre otras deudas y juicios, que suman en pasivo total cercano a los $130 millones.
¿Cómo se originó? Según lo explicitado por los actuales directivos de Bomberos, hay que remitirse al año 2006, cuando una serie de malas administraciones derivaron en un pedido de intervención municipal. Las consecuencias de esa decisión “fueron nefastas y derivaron en la situación actual donde prácticamente es imposible afrontar los gastos y las deudas antes generadas”, afirman.
El edificio en cuestión, rememoran, fue donado por Rosa Risi de Rodríguez en el año 1988. La mujer hizo entrega del edificio de la famosa esquina de Avenida de Mayo y Rosales, de Ramos Mejía, donde funciona la Escuela de Cadetes (en actual remodelación). El inmueble consta de 19 locales comerciales y una playa de estacionamiento en la mejor zona céntrica del Partido de La Matanza.
Allí, en 2009, la comisión directiva derivada de la intervención municipal del 2006, negoció la nueva construcción de todos los locales actuales “bajo condiciones nada transparentes”, aseguran, “las cuales todavía NECESITAMOS CONOCER, ya que en algunos casos, tenemos inquilinos que se han quedado con contratos por más de 25 años a favor de ellos, mientras que en la actualidad Bomberos Voluntarios de La Matanza no recibe los ingresos que debería haber recibido si se hubieran hecho las cosas honestamente”.
“Esto es motivo para que todos nosotros y la sociedad deba investigar lo sucedido para lo cual estamos convocando, en forma voluntaria, a abogados especialistas en la materia. Es más: al presidente de dicha comisión directiva, llamado Alfredo Bova, se le inicio una demanda penal por firmar un recibo de USD. 80.000,00 (ochenta mil dólares) lo cual nunca rindió ni devolvió a la institución, entre otras sumas de dinero que se llevó”, argumentaron.
Siempre según lo expresado por la actual directiva de Bomberos, cuando apenas asumieron en el cargo, en abril de 2019, realizaron una auditoria contable de la situación económica y financiera, con el fin de conocer fehacientemente la situación y analizando varias opciones de solución. 45 después de asumir presentó un proyecto de Ordenanza Municipal para la modificación y/o creación de una nueva tasa que permita el sostenimiento institucional, con el objetivo de actualizar móviles, equipos y materiales en un plan de inversión de 60 meses.
En ese momento, en julio del año pasado, la iniciativa fue tratada en reuniones con la actual vicegobernadora bonaerense, Verónica Magario (por entonces intendenta de La Matanza) y su entonces secretario de Gobierno, Gustavo Dutto. Hasta el momento, no fue presentado al Concejo Deliberante de La Matanza.
Asimismo, en aquel momento, se firmó un decreto municipal donde el porcentaje del 7,5% de la tasa por seguridad que cobra Bomberos pasaría a ser del 80% hasta diciembre de 2019 mientras se aprobaba la ordenanza. En esa mesa también se habló sobre la deuda de de la entidad ante la empresa EDENOR, y que la Municipalidad pudiera suministrar la energía eléctrica a los seis cuarteles a través del alumbrado público. Hasta el momento no se pudieron concretar ninguna de las promesas tratadas en aquellas reuniones.
“Bomberos se sustenta con la colaboración de vecinos y empresas mediante donaciones. También con cuotas sociales de socios cooperadores, algunos alquileres de los locales (antes mencionados) y por contratos con antenas de telefonías, y tres subsidios del Estado (uno nacional, uno provincial y uno municipal). La suma de los tres subsidios, no alcanzan a solventar los ingresos necesarios para un mes del año”, precisaron.
Respecto a la deuda millonaria con AFIP, Bomberos se adhirió a un plan de pagos incluyendo el período adeudado desde 1993 a abril de 2017: 60 cuotas de aproximadamente $ 600.000 cada una, que se venían abonando mensualmente. Pero, a partir de marzo 2020, con la pandemia, “fue imposible seguir abonando las cuotas por lo que nos vimos obligados a refinanciar la deuda, incluyéndola en una nueva moratoria financiadas en 60 y 120 cuotas fijas y en pesos, pudiendo ingresar los periodos hasta noviembre de 2019”.
Por otro lado, continúan negociando con el sindicato UTEDyC y la obra social Ospedyc alguna alternativa de solución, ya que también la deuda supera los 30 millones de pesos y “es imposible de abonar”.
La situación de Bomberos de La Matanza es tan delicada que, a principios de junio pasado era imposible afrontar los gastos de combustibles de las unidades, por lo que se solicitó a la Municipalidad que se hiciese cargo del abastecimiento. “Durante ese mes se puso en marcha esta asistencia del combustible por parte del Municipio”, detallaron, y subrayaron que hoy los bomberos “tienen que comprarse los guantes para asistir a los incendios”.
Está claro que se trata de personal esencial en esta pandemia. Pero que brinda servicio en condiciones paupérrimas. Por caso, de un total de 47 móviles para utilizar en las emergencias, 27 están fuera de servicio, incluyendo la Escalera Mecánica (Móvil 15) modelo 1970, la cual hace 25 años no puede ser reparada.
“El déficit mensual estimado de la organización está en el orden de los 2,5 millones de pesos, algo que acumula más deuda a medida que pasa el tiempo. La grave situación, por la que se transita, impide lógicamente la adquisición de cualquier elemento necesario para la prestación de servicio o la renovación del parque automotor”, concluyeron.