La mamá y una hermana de la mujer asesinada salvajemente ayer en Moreno se presentaron hace instantes en la comisaría 1ª de Moreno para informar que la víctima del femicidio es Karen Bustamante, tenía 18 años y era vecina de Ituzaingó.
“Me enteré de que era mi hija porque miré la información temprano hoy a la mañana y dije ‘es Karen’. La llamé a mi otra hija, le pedí que mire y coincidimos”, explicó la mamá a El Noticiero de la Gente, por Telefe. “En las cámaras se ve que ella buscaba su celular o su documento, pero ella metía la mano desesperada y el tipo se fue corriendo”, siguió.
En la interpretación de la mujer, Karen fue víctima del robo de su teléfono y salió a buscar al sujeto. Asimismo, señaló que desconoce al sujeto que está sindicado como autor del femicidio, que sigue siendo buscado por los investigadores. “Ella tomaba Clonazepán medicada por un psiquiatra. Tomaba eso, hablaba con la gente por redes sociales… No sé qué tipo de encuentro tuvo con este hombre”, continuó visiblemente angustiada.
Luego de quejarse por el tratamiento que algunos medios de comunicación le dieron al tema, a los que acusó de haber difamado a su hija con “barbaridades”, contó que Karen había trabajado en un local de comidas rápidas y también atendía un puesto en la feria con ella. “Tengo diez hijos y a todos los crié bien. No entiendo por qué mienten y dicen que ella era prostituta. Dejen de ensuciar a mi hija”, lamentó.
La autopsia realizada ayer a la víctima confirmó un triple mecanismo homicida: la víctima tenía signos de estrangulamiento, sufrió cortes en el cuello -probablemente con una botella rota-, y politraumatismos severos en el cráneo y en el rostro, que estaba desfigurado. Los videos que ilustran esta nota son del interior del pool de Moreno al que se ve llegar a la pareja junto a un grupo de jóvenes más a las 2.02 de la madrugada y, tras jugar en una mesa e interactuar allí con dos jóvenes varones, se retiran a las 2.57.
La mujer llega vestida con calzas negras, una remera blanca con la leyenda «Boston» en letras rojas, una cartera y el cabello recogido y atado con un pañuelo, y el asesino con pantalones oscuros, gorra con visera dada vuelta, un buzo marca Nike y una campera sobre sus hombros. «Quiero que lo encuentren. Lo agarraría con mis propias manos, pero sé que atrás de él hay una madre que también va a sufrir. Quiero que se haga justicia, que no quede así», cerró visiblemente conmovida.