Fin del misterio. Tres semanas después del hallazgo del cadáver de un hombre adulto mayor en un descampado de Hurlingham la justicia logró establecer la identidad y saber de quién se trataba. Si bien había sospechas y una familia se había presentado a reconocer parte de la vestimenta hallada en cercanías al cuerpo, recién con las pericias científicas de rigor se pudo confirmar.
Fuentes judiciales consignaron a Primer Plano Online que el fallecido fue Alberto Miguel Acosta, tenía 77 años y se había ausentado de su hogar en San Miguel algunos días antes de aparecer sin vida. En rigor sus allegados habían iniciado una búsqueda intensa por redes sociales desde el miércoles 4 de enero por la tarde, la última vez que lo vieron, y sus restos fueron encontrados una semana después en el interior del Parque San Francisco, situado en Camino Buen Ayre y Roca, luego de la denuncia realizada al 911 por dos vecinos que pasaban por el predio y vieron el cadáver.
En el lugar del hallazgo los peritos y forenses policiales encontraron al lado del cuerpo un calzoncillo, un pantalón, un juego de llaves y un encendedor que pertenecían al hombre, que estaba boca arriba y solo tenía colocadas las mangas de una camisa a cuadros color azul. De ese dato se infiere que no le robaron nada.
Es que la autopsia determinó que la muerte no fue traumática ya que no tenía signos de violencia. Sí presentaba, según voceros de la pesquisa, una “hipertrofia cardiaca dilatada, edema agudo de pulmón y falla cardíaca”, que fue el motivo de la muerte. La data aproximada del deceso fue cinco días antes de haberlo encontrado, por eso el avanzado estado de descomposición que presentaba y que, inicialmente, había dado a la sospecha de que estaba parcialmente calcinado.
Primer Plano Online intentó comunicarse con familiares de Acosta, y recibió la respuesta de una nieta del hombre, que circunscribió su mensaje vía WhatsApp a expresar: “queremos hacer justicia y que se sepa que pasó”. Hasta el momento en el expediente judicial no hay nada que indique que se trató de una muerte violenta. El caso está en manos de la Fiscalía Nº 5 de Morón, a cargos de la fiscal Marisa Monti y su colega Claudio Oviedo.
