“No vamos a renunciar a la política como herramienta de construcción de consensos, pero claramente ninguno de nosotros tenemos vocación de piromaníacos, de prender fuego nada, de romper nada ni de agredir a nadie”. Con ese discurso inicial, Guido Lorenzino formalizó ayer su asunción al frente de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, en un acto en el que también tomaron posesión de sus cargos los adjuntos Walter Martello, Eduardo Ancona y Marcelo Honores.
El ex legislador y funcionario del Ministerio de Seguridad durante el Gobierno de Daniel Scioli fue propuesto por el peronismo durante las negociaciones por el presupuesto y la Ley Fiscal 2017. En rigor, el ex sciolista ahora reporta al Grupo Esmeralda, que integran, entre otros, los intendentes de Hurlingham, Juan Zabaleta, y de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde.
“Críticamente vamos a proponer soluciones al organismo y a la empresa responsable porque nuestro rol es ser observadores y personas que escuchemos el problema, que lo pongamos en la mesa y que lo podamos resolver porque judicializar es una última instancia”, agregó Lorenzino.
La breve ceremonia se realizó en la Cámara de Diputados bonaerense, y contó con la presencia del presidente de esa casa de leyes, Manuel Mosca, y del vicegobernador y titular del Senado provincial, Daniel Salvador.
Tras la jura, Lorenzino le agradeció a la gobernadora María Eugenia Vidal y destacó la “responsabilidad que tenemos de poner en marcha este organismo que tiene mucho para dar en la provincia de Buenos Aires”. “Vamos a ser parciales ante cualquier organismo a la hora de tomar partido por los más vulnerables, por los que menos tienen, pero va a ser imparcial partidariamente porque es un organismo de todos los bonaerenses y queremos representar a todos los ciudadanos”, concluyó.