“Se comunicó por Facebook con una de mis hijas diciendo que estaba bien, muy lejos de acá y que no piensa volver”. Silvia Vargas, la mamá de Marcela Florencia Ailín Chaparro (17), reveló anoche a Primer Plano On Line que su hija, de la que no sabe nada desde el pasado 11 de enero, se contactó a través de esa red social con una hermana y avisó que no tiene en sus planes retornar a su casa.
Ahora, esa información clave del contacto entre hermanas está en manos de la justicia, que deberá establecer si es realmente ella la que escribió y dónde está. «Nosotros seguimos buscando a Florencia. No es la manera de escribir de ella, por eso tenemos dudas. Hasta que mi hija no esté en su casa ni yo ni sus hermanas y su papá vamos a dejar de buscarla», continuó Silvia en conversación con éste medio.
EL TESTIMONIO DE LA MADRE DE FLORENCIA
Sin embargo, la incertidumbre y desesperación sigue rodeando al caso. “Es todo lo que dijo. No sabemos nada más. Yo necesito verla para saber que mi hija está bien”, agregó la madre, que la última vez que la vio fue la tarde de aquel día en que le dio dinero para que vaya al kiosco. Como informó éste medio, hubo testigos que le contaron que vieron a la adolescente en la plazoleta de Fleming y Muñiz, en Villa Ariza, y hasta le dijeron que la chica tomó un colectivo de la línea 302 y que el novio de la joven, al rato, tomó el siguiente.
La joven buscada tiene una historia particular, que su mamá decidió contar a éste medio. Había decidido vivir con su padre, pero una discusión con él la alejó de esa casa paterna y se fue con la mamá. Florcita, como la llama Silvia, hacía cuatro años que no iba al colegio y lo primero que hizo al reencontrarse con su madre es anotarse para retomar el tercer año del secundario, donde había abandonado. Se dedicada a cuidar a su abuela y salía poco, de hecho prácticamente no tiene amistades.
Otra particularidad de Florencia es que sufrió un aneurisma cerebral hace un par de años y desde entonces consume un medicamento específico para sus dolores de cabeza. Se maneja por su cuenta, con autonomía, pero sí es indispensable para ella tomar con frecuencia la droga para controlar sus jaquecas y visitar al médico.
“Del novio sólo sabemos que tiene 22 años, se llama Clemente Antonio Almeida y es primo hermano de ella por parte del padre. Hace dos años que están en pareja y ese mismo día en que desapareció Flor a él lo habían echado del lugar que alquilaba”, contó Silvia a Primer Plano On Line.