La agilidad para el mal no se discute: en ese rubro la Argentina puede competir por el título mundial. Que haya sido a plena luz del día tampoco, es casi una anécdota más del delito. Que un ladrón actuó en soledad tampoco es noticia. Quizá lo que sí sorprende es el botín, y la forma en que se hizo de él.
Un delincuente robó un aire acondicionado del techo de un comercio para mascotas ubicado sobre la avenida Ratti al 2800, en Ituzaingó. Durante la hora de la siesta, y mientras por la transitada arteria el tráfico iba y venía, el joven se tomó su tiempo para desarmar la estructura del motor y llevárselo a la rastra.
Una vez quitadas las cañerías y los cables, el sujeto arrojó desde el techo hacia el paso ubicado en la vereda a la parte externa del equipo. Luego bajó por la parte interna del comercio y se retiró del lugar mediante una reja lateral, a la que trepó sin mayores esfuerzos. Es el mismo espacio por el cual ingresó a dar su golpe, que seguro tenía estudiado previamente.
Luego cargó el motor en su hombro, cruzó la calle y se fue caminando con un detalle: cubrió su rostro de la posibilidad de ser captado por las cámaras de seguridad instaladas en el barrio. Y así completó su obra (maestra del mal, por cierto). Una vez descubierto el hecho, los propios vecinos hicieron conocer el video y lo compartieron con la redacción de Primer Plano Online.