Si bien la situación climática en el mundo se agrava cada vez más, en Argentina los incendios forestales difícilmente sean ocasionado por sequía o altas temperaturas: más bien estos siniestros tienen nombre, apellido y fines de lucro. En el territorio nacional se quemaron aproximadamente 900 mil hectáreas y entre las provincias más afectadas se cuentan Córdoba y Entre Ríos, específicamente el Delta del Paraná.
En el informe que acompaña este artículo realizado por Primer Plano Online, se pone de manifiesto la responsabilidad de los terratenientes que especulan con los proyectos inmobiliarios, la mega minería y el agro negocio en el Delta del Paraná para acrecentar sus fortunas. Y un detalle no menor: por alguna razón nadie les conoce el rostro.
El material aborda también el tema de la modificación de la ley 26.815 del Manejo del Fuego que viene a poner un alto para que las tierras y ecosistemas intencionalmente incendiados puedan obtener respiro por varios años.
Para finalizar, vale concientizar sobre el daño que este desastre genera. Según el Servicio Nacional del Manejo del Fuego, los incendios producen una alteración significativa en el sistema natural que provoca la pérdida de biomasa, estructura vegetal, fragmentación de hábitats y pérdida de especies endémicas de la región. Además, se ven afectados los servicios ecosistémicos que brindan los distintos ambientes, como los valiosos servicios que aportan humedales y bosques. El impacto más notorio sobre la fauna se presenta en la pérdida de su hábitat y nichos ecológicos, reduciendo la diversidad y su abundancia relativa, con un efecto prolongado en el tiempo una vez que el fuego desaparece.