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jueves, julio 17, 2025
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Índice Serenito: el exorbitante precio del postrecito que pasó a ser prohibitivo

Cada pote cuesta entre 3.000 y 3.500 pesos, de acuerdo al comercio que lo venda y sus variantes. Hay negocios que directamente dejaron de tenerlo en sus góndolas porque “no hay familia que esté dispuesta a pagarlo”. “Un pastelito cuesta dos lucas”, refirió ayer la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, mientras que un empresario cercano al Gobierno comparó los salarios con una botella: cómo llenarla es la clave.

Yo dejé de traerlo. No hay familia que esté dispuesta a pagarlo. Ese es el tema”. La respuesta pertenece a Fernando ‘Chiche’ Savore, presidente de la Cámara de Almaceneros bonaerense y comerciante de Morón. La economía en tiempos libertarios arroja distorsiones de precios que no tienen explicación. Un postre Serenito cuesta entre 3.000 y 3.500 pesos, según un simple repaso realizado por Primer Plano Online este fin de semana. Ese valor convirtió en prohibitivo uno de los artículos favoritos de las infancias.

Algo similar ocurre con la carne. Con un promedio de 10.000 pesos por kilo, hay locales del rubro que están deshabitados en la semana, y que tienen un poco más de ventas los días en que hay promociones, como cuando rige el reintegro con Cuenta DNI. En provincia de Buenos Aires, las ferias y los mercados bonaerenses suelen ofrecer mejores valores porque eliminan la intermediación, pero ni así alcanza.

El gran problema por el cual el consumo masivo está hundido tiene una explicación: todos los precios de la economía son libres de competencia salvo uno. Y es especialmente intervenido por el Gobierno nacional: los salarios, con techos de aumentos paritarios que apenas si superan el 1% mensual. Si a eso se le suma la quita de subsidios a tarifas y transporte no hay plata que rinda.

“Es una bomba de humo lo que están haciendo ahora. Tus dólares, tu decisión. Hermano, un pastelito está dos lucas. ¿Qué te pasa? Y dan la batalla cultural como si el organismo recaudador metiera en cana a alguien en este país. ¿Conocen algún preso por no haber pagado impuestos? Lo que están haciendo es rascar el fondo de la olla porque ahora le faltan pesos y dólares. ¿Por qué? Porque el consumo se ha ido al corno y no lo pueden repuntar”, enfatizó ayer la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner en su discurso por el 25 de mayo ante la militancia.

Índice Serenito: consumo por el piso

El índice Serenito cabe para cualquier producto en general, incluso a la inversa. Sorprendente es ver en góndola, por caso, el kilo de arroz de primera marca a $2.200 cuando supo estar a $3.500, o notar que el jabón de tocador subió de una semana a la otra de $1.200 a $1.600. ¿Son productos reemplazables? Claro, hay opciones y el ingenio del consumidor se impone.

Como si fuera un dato alentador, la consultora Scentia publicó hace dos viernes los datos del consumo de abril en grandes cadenas de supermercados y autoservicios, que mostró un alza de 0,1% respecto del mismo período del año pasado. El último número positivo había sido en diciembre de 2023, cuando aumentó 1,4%, antes de comenzar a caer, con un piso de descenso del 22,2% en septiembre del año pasado.

Los salarios, en tanto, si bien superaron la inflación en los últimos doce meses, no se incrementaron en marzo: subieron en promedio 2,97% en comparación con una inflación del 3,7%, según el Indec. De eso habló también un empresario muy cercano a las ideas del Gobierno, Gustavo Lázzari, entusiasta defensor del modelo libertario. Fue durante una entrevista con Canal 26, en el programa La Mirada que conduce Roberto García.

El salario es como una botella. Viene el populismo, le saca todo y pone agua. Vos tomas agua y decís ‘este es el mejor Gobierno del mundo’. Se va el populismo y ponés lo que no querés poner adentro de la botella: tarifas, transporte, entonces te queda menos espacio para el agua. Nosotros los de consumo masivo, mercado internista, competimos por ese espacio. ¿Qué es lo que hay que hacer? Hay que agrandar la botella”, explicó.

Endeudamiento de las familias como fenómeno estructural

Otro elemento que surge de un breve análisis de la economía actual es el alto nivel de endeudamiento de las familias argentinas, que dejó de ser una herramienta transitoria para convertirse en “un fenómeno estructural”. Así lo evaluó el Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE), en un informe que hoy lunes publicó el diario Ámbito Financiero.

En mayo de 2025, el 91% de los hogares tiene algún tipo de deuda. Un estudio similar en agosto del 2023 expresaba que este índice se daba en el 54% de las casas. “La creciente utilización de crédito para satisfacer necesidades básicas como la alimentación, revela un empobrecimiento de los hogares que va más allá de la coyuntura económica”, afirmaron desde el organismo.

El argumento central: la “notable caída” del poder adquisitivo, que hace que la mayor parte de las deudas sean con tarjetas de crédito (30,5%), servicios privados (10,5%), instituciones bancarias (7,2%) y financieras o prestamistas (2,1%). En síntesis, algo así como sacar los dólares debajo del colchón para comprar un Serenito.

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