“Tiene que haber una señal que explique estas dos estrellas que están colocadas acá”. María Angélica Guaraz es la mamá de Lautaro Juárez, una de las víctimas de la picada fatal de Haedo ocurrida el 5 de abril de 2015. El otro fallecido fue el primo del muchacho, José Manuel Lastra. Volvían de bailar y fueron arrollados por el asesino al volante Diego Cuevas, condenado a nueve años de prisión por homicidio simple con dolo eventual.
A esa mujer le cuesta mucho regresar al lugar en el que su hijo fue embestido cuando volvía de bailar. Las estrellas a las que se refiere están ubicadas al costado de la avenida Rivadavia, a la altura de la calle Maipú, en Haedo, lugar donde ocurrió el crimen vial. Pero ayer estuvo, para inaugurar formalmente un mural que recuerda a los chicos.
“Hoy Lautaro cumpliría 23 años, pero hace seis años me lo mataron. Agradezco el apoyo de los intendentes de Morón, Lucas Ghi; de Ituzaingó, Alberto Descalzo y también al presidente de Trenes Argentinos, Martín Marinucci, para tener el mural en conmemoración a los chicos”, expresó María Angélica en conversación con Primer Plano Online, único medio presente en el homenaje. Antes, a lo largo del día, estuvo encabezando una jornada de concientización en la plaza San Martín, a dos cuadras del lugar del desastre. También participó del homenaje la concejala de ituzaingó, María Luján Guasp.
Carteles con leyendas tales como “Para que no te pase respetá siempre las señales de tránsito”, “Si tomás no manejes”, “no corras picadas, comelas”, “Protegé tu cabeza, usá siempre casco”, “no uses el celular mientras manejás” o “usá siempre el cinturón de seguridad” pudieron verse a lo largo de la jornada, aprovechando las vacaciones de invierno. Desde la Asociación Civil Prohibido Olvidar Lautaro buscan así generar conciencia en la población, principalmente en jóvenes, y transformar la tragedia personal en un cambio de paradigma al conducir.
“Me siento muy acompañada por vecinas y vecinos que siempre me apoyaron. Llevo este dolor por siempre conmigo pero de esta forma, con tanto apoyo, puede volar alto. Mi objetivo es que la gente aprenda: por manejar alcoholizado un asesino al volante impidió que mi hijo llegue a casa”, explicó Guaraz, quien también reconoció que no sabe de dónde saca fuerzas para dar las charlas de concientización para contar su historia y la angustia que lleva dentro.
“Parece que hubiera sido ayer que pasó. Hubo gran cantidad de gente que se acercó a saludarme y a recordar a mi hijo, y eso me hizo rejuvenecer. De hecho, no me costó tener que explicar lo que pasó con Lautaro, todos lo tienen presente”, agregó María Angélica. De fondo, en uno de los extremos del mural, puede leerse una sentencia: “las picadas callejeras matan”.
Para cerrar la emotiva jornada esa mujer, admirable no sólo por el hecho de estar de pie sino por la fortaleza para transmitir valores que ayuden a terminar con la irresponsabilidad criminal al volante, reflexionó sobre qué pasaría si pudiera encontrarse con Diego Cuevas, el asesino de Lautaro y de Manu.
“La justicia del hombre lo condenó, aunque no le dio lo que yo esperaba que le dieran. Pero yo personalmente no lo perdono. Siempre mostró desprecio por la vida de mi hijo, ni siquiera asistió al juicio. Su familia jamás se acercó a nosotros. Es más: creo que ellos duermen tranquilos, nunca mostraron arrepentimiento”, concluyó.