Roque Primerano fue un ejemplo de superación e inspiración a lo largo de su vida en cada uno de los ámbitos en el que participó. «El tornerito italiano” se convirtió en inspirador de emprendedores.
Primerano vino de Italia a los siete años sin nada y fue a vivir con su familia a una villa miseria de Retiro. Pudo comenzar la primaria a los nueve años y a los trece empezó a trabajar en una tornería mientras estudiaba de noche. También vendió turrones y naranjas en la puerta del cementerio de Morón hasta que terminó la secundaria a los veintiún años, y diez años después se recibió de ingeniero ya casado y con tres hijos.
Durante el homenaje realizado en Parque Industrial Desarrollo Productivo, su hijo Leonardo expresó: “después de todo este tiempo me doy cuenta de cómo lo logró y fue con imaginación, trabajo y constancia, pero yo sé que tenía algo más: era un imán que atraía a las personas que eran emprendedoras, trabajadoras y soñadoras como él, como todos los que están aquí presentes”.
Una vez recibido, Primerano trabajó en General Motors y Pratts & Vazquez Iglesias, pero con la firme decisión de independizarse como todo emprendedor. Así, en el año 1986 fundó Troquel-Cor Ituzaingó S.A. junto a su socio Roberto Jose Cuppari.
En 2004 dio inicio al desarrollo de su primer agrupamiento, el Parque Industrial La Reja, una iniciativa modelo de solidaridad empresaria.

Roque Primerano era un apasionado del desarrollo de su región y el país, lo cual lo llevó a participar activamente en la gremial industrial. Fue uno de los socios fundadores de la Unión Industrial del Oeste (UIO), autoridad en la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA) y en 2014 uno de los fundadores de la Red de Parques Industriales Argentinos, donde ejerció la vicepresidencia hasta el momento de su fallecimiento el 19 de febrero de 2020.
Con la experiencia ganada y el mismo espíritu solidario, avanzó con un nuevo parque sobre la ruta 24 y a ocho cuadras del cruce con la ruta 25, el Parque Industrial Desarrollo Productivo.
Siempre dispuesto a colaborar en donde se lo necesitara, Primerano fue un pilar fundamental para las instituciones y de un gran valor para la industria regional.
Sobre el cierre del encuentro, su hija Romina destacó: “Una de las tantas enseñanzas que nos dejó es la importancia de sumar y aunar esfuerzos para crecer conjuntamente”. Además, puso en valor el rol de su esposa, por ser la gran compañera de todos los devenires de su recorrido y el trabajo en equipo para lograr crecer y formar una familia que es seguidora de aquellas enseñanzas. Por último, su hija Alejandra remarcó: “Siempre se paró frente a la vida con optimismo, luchó por lo que quiso sin escuchar un ¨no¨ como respuesta, para él todo era posible y le encontraba la vuelta para conseguirlo”.
Fuente: Conexión Parques