“Para mí era gente del barrio. Te diría que no tengo dudas”. Matías Greco es el hijo de Ricardo, un bombero reconocido en Merlo por sus dotes de voluntario y siempre estar listo para dar una mano. Ahora, su papá pelea por su vida, afectado por el temible coronavirus, y tanto él como el resto de su familia están aislados en su casa del Parque San Martín.
Pero no es una pelea pareja cuando todo, de golpe, se viene en contra. Además del cuadro delicado del jefe del hogar, complicado por una infección en el pulmón derecho y una neumonía que los médicos no terminan de controlar, ahora su intimidad fue violada de manera burda, por uno o más sujetos que andan atentos a lo ajeno para ver qué se pueden robar.

En la madrugada del martes, uno o más delincuentes ingresaron a la casa de Aristóbulo del Valle y Arenales, y se llevaron una moto Zanella 110 color roja, propiedad de Matías. “Estábamos todos durmiendo, fui a la cocina y vi la puerta que da a la calle abierta de par en par. Les dije a mi novia que vaya a la pieza con mi hermana que iba a salir a ver qué pasaba. Cuando salí, mi moto ya no estaba más”, contó Matías.
El muchacho, que también es bombero ayudando a su padre, notó que estaba también forzada la moto de su papá, pero como está asegurada con una cadena no pudieron llevársela. Más allá del delito que sufrió, lo que ahora está solicitando el joven es poder visualizar alguna cámara de seguridad de la zona (ya sea de vecinos o del Municipio), para descubrir qué fue lo que pasó.
EL TELÉFONO PARA CONTACTARSE CON MATÍAS ES 113-383-6249
“No sé cómo acceder a la filmación. Ojalá que alguien me pueda ayudar para saber quién fue”, pidió Matías, que aporta además un dato que le agrega dramatismo al caso: todos los integrantes de la familia tuvieron coronavirus, incluso su novia tuvo que estar tres días internada por falta de oxígeno. “Estuvo internada en la clínica de Libertad, pero la atención fue un desastre. Hasta perdieron su estudio de Covid, y después nos fuimos a la Clínica Provincial”, detalló.
Mientras todo esto ocurre, papá Ricardo sigue dando una batalla épica contra el virus en la clínica San Cayetano, de Mataderos, a la que fue derivado por su obra social.