Un menor de 16 años fue identificado y detenido en las últimas horas acusado de ser el autor de más de 30 amenazas de bomba en escuelas del conurbano bonaerense y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Si bien el adolescente está imputado exactamente por haber enviado trece intimidaciones similares a colegios de origen inglés de San Isidro, Martínez, San Fernando, Virreyes, Pilar, Vicente López, Nordelta y Olivos, en principio sería también el autor del resto de los correos electrónicos que llegaron a establecimientos educativos de otros distritos, como los dos de Hurlingham de los que dio cuenta el martes Primer Plano Online.
Detrás de la investigación llevada a cabo por la Fiscalía de Ciberdelitos del Departamento Judicial San Isidro, a cargo del fiscal Alejandro Musso, hay una convicción: “se evitó una catástrofe”, describió una fuente de la justicia ante la consulta de Primer Plano Online.
Ocurre que hasta el chico se llegó luego de revisar una causa anterior, iniciada en marzo pasado por amenazas en el Riverside School de Acassuso. El autor fue el mismo joven ahora allanado en su vivienda de la calle Entre Ríos, detrás del Hipódromo de San Isidro.
Anoche la justicia dispuso un allanamiento de urgencia en el domicilio del imputado le incautaron varios dispositivos electrónicos y encontraron armas de fuego, que por la cantidad fue definida por los voceros como “un arsenal”. Es por eso que creen que evitaron que pudiera hacer un desastre yendo armado a algún colegio.
El contenido del mail, como publicó este medio, hacía referencia y reivindicaba una masacre ocurrida hace ocho días en Belgrado, Serbia, donde un alumno de 14 años le sacó el arma al padre y mató a 8 alumnos y a un guardia de su colegio. En un celular, por caso, detectaron que como parte del historial de búsqueda estaba la noticia sobre aquel hecho con el que luego redactó la intimidación.
En total de la casa se llevaron una computadora de escritorio, una notebook, cuatro celulares, cinco tablets; dos navajas rebatibles; una navaja tipo daga; un cuchillo de caza; una escopeta calibre .410; dos rifles de aire comprimido; tres municiones calibre .410 marca Brennek; dos municiones FAL 765; dos municiones calibre .38 LR; una munición cal. 9 milímetros; 13 municiones calibre .22; varias vainas servidas de diversos calibres (lo que demostraría que el joven disparó); una consola de Play Station 4; una consola de Nintendo Switch; cuatro routers; y varios dispositivos de almacenamiento digital, que quedaron a disposición de la justicia para ser peritados.
El caso quedó en manos de los fiscales del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de San Isidro Silvina Gremes y Andrés Zarate. En principio, se evalúa cómo reunir las pruebas en un mismo expediente para imputarle la totalidad de los delitos, más allá de que el resto de los colegios involucrados no pertenezcan a ese Departamento Judicial.
