Tres vecinos emblemáticos de Villa Tesei visitaron ayer los estudios de Primer Plano para comentar su padecer diario que, en rigor, se agudizó como nunca antes en los últimos tres meses. Cansados de los olores nauseabundos y las emanaciones tóxicas de la fábrica de gelatinas Rousselot, se sienten estafados por las autoridades de la firma y aseguran que no van a descansar hasta que la situación cese. Por ellos y por las generaciones futuras.
Tras la marcha del viernes pasado que reflejó Primer Plano On Line, Oscar Cragno reconoció que estaban “muy confiados con las obras que estaban realizando” en la empresa. “Pensábamos que se iba a solucionar pero realmente todo lo contrario. Hoy por hoy, hace tres meses, nunca hubo el olor que hay en estos momentos”, indicó.
Otro habitante del barrio, José Rodríguez, contó que “parece que nos tomaron el pelo y simplemente nos usaron para ingresar capitales para la compra de maquinarias y poder optimizar la producción”. Y narró su padecer en primera persona: “Anoche (por el lunes) hubo una oleada fuerte y estaba en mi casa con dolores de cabeza y náuseas. Y les pedí, cuando veníamos para el canal, que salgamos rápido de Tesei porque no aguantaba más”. Insólito: la gente se tiene que ir del barrio para respirar aire puro.
Por último, Oscar Mendizábal, otro frentista con domicilio en cercanías de la Rousselot, relató que por recomendación de un médico de la zona su hija mandó a analizar el agua para comprobar si existía un compuesto que mata oxígeno en sangre. Y efectivamente, recibió la comprobación científica de que está. “Es peligroso para niños y gente adulta. En el barrio San Martín hay entre 15 y 20 casos de cáncer de vejiga, y mi padre murió de eso. Yo vivo ahí desde el año 1954”, concluyó.